Las caídas de viandantes al tropezar con las losas de piedra que se levantan o tambalean en las calles peatonales de Riveira, así como las mojaduras producidas al pisar los bloques de granito bajo los que se acumula el agua de la lluvia, parece que llevan camino de no repetirse. Eso es lo que se puede traducir de las pretensiones del Ejecutivo local que, junto a los técnicos municipales, está estudiando las fórmulas o alternativas para desarrollar una obra de gran envergadura que permita solventar o paliar esos problemas ocasionados por la rotura o movimientos de esas piezas.
Una de las primeras acciones emprendidas, aunque se trata de una obra menor, se está acometiendo estos días en la Rúa Ramón y Cajal por parte de operarios de Construcciones Jenaro Cadaval S.L., que resultó la adjudicataria después de que el Concello solicitase presupuesto a varias empresas. Las obras encomendadas, algunas de las cuales ya fueron ejecutadas, consisten en el levantamiento de las losas de granito deterioradas, rotas o movidas; lavado de toda la superficie con hidrolimpiadora y encintado con lechada de cemento tanto vertida bajo las piedras levantadas como inyectada por las separaciones entre ellas, con el objetivo de que los 380 metros cuadrados de superficie del pavimento queden bien adheridos. La actuación se completará con la limpieza y posterior retirada y traslado de los residuos a un vertedero autorizado.
El equipo de gobierno también analiza las posibilidades de control de la accesibilidad a esas zonas. Ello se debe a los continuos problemas que, por una u otra causa, están causando los pivotes hidráulicos de control de acceso a las zonas peatonales, pues sus averías provocan que estén inutilizados la mayor parte del tiempo. n