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jueves | 25 abril | 2024
Arousa respondió ayer en Santiago de forma masiva a la protesta convocada contra la mina de Touro. El sector del mar volvió a tomar la batuta en una movilización que arrastró a miles de personas a la capital gallega bajo un mismo lema: “Non a mina de Touro. Non queremos unha herdanza envelenada”.
La multitudinaria manifestación arrancó pasadas las 12 horas de la Alameda y concluyó dos horas y media más tarde en la Praza do Obradoiro, con el apoyo de los líderes de los partidos políticos de la oposición y de los sindicatos.
Con la participación tanto de los integrantes de la Plataforma Mina Touro-O Pino Non como de la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa, la marcha ha avanzó alternando música festiva de gaitas y cánticos reivindicativos como “Feijóo, escucha, Galicia está en lucha”, y liderada por personas disfrazadas de esqueletos y con guadañas ficticias con el lema “Mina no”.
El portavoz de la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, Xaquín Rubido, expuso que la mina podría afectar al “centro neurálxico” del marisqueo en Galicia y a cerca de “30.000 familias”, puesto que en la ría se concentrarían “o 75% da produción do mexillón e o 45% das mariscadoras galegas”, según sus datos.
Ante esto, Rubido considera que la Xunta, “cos informes sectoriais que existen neste momento”, ya puede “tomar unha decisión firme para paralizar o proxecto”.
Por su parte, Cobre San Rafael, la compañía promotora de la Mina de Touro - O Pino, acusó ayer a los colectivos que se oponen al proyecto minero de generar “una alarma infundada” a través de “argumentos sin base técnica”, al tiempo que defiende que la explotación cuenta con “garantías” de control y seguridad para la “no afección a las aguas y al medio natural”. A través de un comunicado, Cobre San Rafael incide en “su ofrecimiento de diálogo y transparencia” a los colectivos que se oponen a la mina. Así, tras reconocer “las dificultades para trasladar un mensaje de confianza a una parte de la población que rechaza la minería”, la compañía defiende que la actividad minera es “hoy altamente cualificada y sostenible”
