Los placeros se han puesto en pie de guerra. En la asamblea celebrada ayer tras el anuncio del Concello del cierre de García Caamaño con bolardos abatibles, acordaron revelarse contra esta medida que consideran “asfixia” la economía de la plaza.
Ayer mismo tuvieron la oportunidad de medir su fuerza frenando la colocación de bolardos en la entrada a la calle y así lo seguirán haciendo, aseguran, cuando los operarios acudan a la zona. “Lo haremos pacíficamente, pero nos vamos a oponer”, dice Juan Carlos López, presidente del colectivos de los placeros.
Además, tienen previsto un paro para mañana para mostrar su malestar. “Acudiremos a nuestro puesto de trabajo con pancartas”, asegura Juan Carlos López. Pero no solo eso, las protestas irán creciendo en intensidad. “La idea es incrementar los días de paro y también paralizar la actividad del mercadillo. Queremos que nos apoye la gente porque el mercado se muere y tenemos que pelear por él”, señala el presidente del colectivo.
Las medidas tienen como objetivo, según el Concello, preservar la seguridad en las zonas peatonales y compatibilizar este uso con las necesidades de estacionamiento de los comerciantes y clientes y evitar problemas de tráfico los días de mercado.
La idea es que por la Rúa García Caamaño no se pueda circular excepto para labores de carga y descarga relacionadas con la actividad de la Praza de Abastos y por un período máximo de 20 minutos. Podrán acceder a estas plazas, tanto los comerciantes de la sala de abastos como los clientes que vayan a realizar compras grandes.
Los placeros, sin embargo, reclaman que se aplique una “especie de zona azul” que regule el tráfico por tiempo para que los clientes puedan estacionar en la zona y comprar con tranquilidad.