La falta de médicos y medios en la Atención Primaria ya es un clamor social. Hace tiempo que las quejas han dado el salto de los despachos políticos a los consultorios. Vigo fue ayer escenario de una manifestación, pero ya antes, los pequeños municipios salieron a la calle exigiendo medidas. Al hilo de los últimos acontecimientos, la Xunta ha dado un giro en sus argumentos, pasando de excusarse en la carencia de facultativos en el paro, a renegar del actual sistema de contratación de sustitutos, caracterizados por la eventualidad y la precariedad. El propio presidente, Alberto Núñez Feijóo, reconocía ayer la necesidad de “rectificar” los contratos “impropios”, pero el mal está hecho y César Gil Cons es el ejemplo viviente. 

Es uno de los dos facultativos del centro de salud de Meaño y lleva una semana solo por las vacaciones de su compañero, asumiendo entre 70 y 80 pacientes diarios, sin sumar las 19 urgencias “forzadas” que registró, por ejemplo, el lunes (ayer, antes del mediodía, ya llevaba 11). “Escapei de Baltar porque era ‘Guatemala’ e resulta que isto é un puto inferno, para saír correndo. Non teño tempo nin de rexistrar os datos no ordenador”, se lamentaba a las puertas del ambulatorio.  

Dentro, una sala repleta, y así seguirá, porque mañana empieza su libranza y el Sergas le ha informado de que “non hai solución, que non hai sustitutos, que nolo comamos con patacas, pero temos dous ou tres minutos para cada paciente, isto é inabarcable, inasumible, insoportable... Están mal atendidos e é un risco polos erros médicos que se poidan cometer”, añade. 

Escritos de desesperación
Gil Cons trabaja desde las ocho de la mañana “sen descanso” y prolonga la jornada más allá de la hora de salida, las tres de la tarde, para atender al mayor número posible de vecinos. Ayer utilizó los minutos que le corresponderían de su descanso personal para explicar la situación a los medios de comunicación. Invitó a los responsables de la EOXI de Pontevedra a acompañarle para dar las oportunas explicaciones, pero solo consiguió el compromiso de la directora de Procesos Asistenciales, Sonia Fernández- Arruty, de visitarle el 8 de enero, pero no ve cómo va a solucionar eso el problema y él, por su parte, no sabe que más puede hacer. Ha remitido varios escritos a la gerencia cargados de auténtica desesperación e incluso a la Alcaldía meañesa, pero “como non me inmole aquí...”, ironiza. 

En sus 34 años de profesión, “nunca vivira nada igual” y cree que la ciudadanía está aletargada. “Os pacientes do rural son moi tranquilos e dalles igual ter que esperar unha semana, non protestan e os políticos aprovéitanse. Teremos que facelo os profesionais”, añadió. De hecho, ayer el clima entre los usuarios era de completa resignación. 

El doctor coincide con el resto de sectores sociales en pie de guerra: la Xunta no realizó una previsión de reposición de jubilaciones y ha ido cubriendo las bajas, vacaciones, permisos... “tratando mal aos profesionais, con contratos precarios e moitos cambiaron de área e incluso marcharon a outros países”. Además tiene culpables con nombres propios, como Feijóo, al que acusó de “mentir” cuando dice que hay un 17% de médicos de baja, porque su colectivo “é o menos absentista”. Cree que sus verdaderos planes son “cargarse a sanidade pública”. Para ello, asegura, primero se ataca la Primaria, luego se hacen conciertos con entidades privadas y finalmente se privatiza. 

Gil Cons protestó ayer solo, pero no lo está. Profesionales y pacientes se están movilizando en comarcas como la saliniense. Hace tiempo fue Sanxenxo y más recientemente Cambados por los cierres de consultas de tarde, y con disposición de repetir protestas ante la futura centralización del servicio de pediatría, que obligará a padres de Ribadumia y A Illa a desplazarse a la capital del albariño. En Meaño, ya lo perdieron.