El televisivo cocinero Alberto Chicote se dejó caer ayer a la mañana por el Hospital do Barbanza para conocer in situ las quejas de los pacientes en relación a las deficiencias de la alimentación que se les suministra cuando están ingresados. Esta visita se produce un mes después de que se llevase a cabo una recogida de firmas entre la gente hospitalizada y que familiares de varios enfermos hicieran públicas a través de la prensa de la comarca sus reclamaciones sobre lo que calificaba como “deficiente servicio de comida” que reciben. Ayer tuvieron oportunidad de hacer lo propio ante las cámaras de la cadena de televisión LaSexta, para la que trabaja el considerado como el “azote de las cocinas”. Según se pudo saber, está trabajando en la producción de un reportaje sobre la comida en los hospitales de España y que está previsto que emita en septiembre. Por la tarde se le pudo ver en otras localizaciones de la ciudad, como en el paseo de O Touro.

En la entrada principal del complejo hospitalario ubicado en la parroquia ribeirense de Oleiros estaban esperando desde antes de las diez de la mañana varios integrantes de la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública no Barbanza, pero debieron aguardar hasta las once de la mañana a que llegase Chicote y que pasase por la sala de maquillaje. Una vez se pudo poner ante las cámaras para grabar su paso por el hospital comarcal, fueron varias personas las que respondieron a las preguntas que les formuló, como fue el caso de Marián Rodríguez, portavoz de la referida plataforma, y Pilar Pereiro, en representación de los familiares de los pacientes afectados por esa situación.

Se pudieron volver a escuchar manifestaciones en relación a la “mala calidad de la comida” y que llega a los enfermos en malas condiciones y que muchas veces no se corresponde con las prescripciones médicas de cada uno de ellos, además de que en muchas ocasiones les llega con retraso y fría. Por ello, volvieron a reclamar que se adopten medidas urgentes para subsanar estas “graves deficiencias que repercuten na nosa saúde”, no sólo de los que están ahora en el hospital sino de los que pasen por esas instalaciones.  Entre los problemas denunciados indicaron que el mal olor del pescado es insoportable y las patatas que lo acompañan les llegan muchas veces crudas y, añaden, son de mala calidad, “que no se las comen ni los gatos”, precisaron. Y señalaron que pese a que por prescripción médica se les debe servir leche sin lactosa nunca se la dieron a algunos pacientes.

De igual modo, indicaron que se producen desajustes en la alimentación, como fue el caso de pacientes con diabetes alta a la que le proporcionaron comida muy azucarada, y que incluso se dio el caso de una chica a la que le acababan de hacer un vaciado y a la que la siguiente comida que le suministraron fue una fabada.