El conflicto marisquero que en las últimas semanas se está viviendo en Carril acabó ayer con sendas denuncias en la Policía Nacional por parte del vigilante de la Cofradía y de la presidenta de la agrupación de a flote, Pilar Acosta, contra miembros de Lazareto.
El malestar entre los miembros del colectivo fue “in crescendo” ayer después de que desde el Servizo de Gardacostas y vigilantes de la Cofradía de Carril frustrasen una nueva jornada de trabajo en As Malveiras. Una vez de vuelta al puerto, se encerraron en el pósito para hablar con el patrón mayor, Fernando Franco, que en ese momento no estaba y, a continuación, se desplazaron a la rada carrilexa donde iba a atracar la lancha de la Cofradía pilotada por un vigilante para llevar a las mariscadoras y al concejal de Medio Ambiente a os Lombos para comprobar la mortandad de marisco, pero no fue posible.
El presidente de Lazareto, Salvador Ribadomar, señaló que iba a ser una “toma pacífica” de la embarcación, pero finalmente se convirtió en una escena en la que no faltaron ni los insultos ni tampoco las piedras contra el vigilante. “A xente está moi queimada e deseperada e ás veces non podes controlar o que pasa en todo momento”, dijo Ribadomar. Horas después, el coche particular del vigilante, estacionado en el muelle carrilexo, aparecía con importantes destrozos: Lunas rotas y ruedas rajadas. Inmediatamente el vigilante acudió a las dependencias de la Policía Nacional para interponer una denuncia de lo ocurrido con su vehículo, pero también de lo sucedido por la mañana en el puerto carrilexo. Un acto del que ayer el colectivo Lazareto se desvinculaba y volvía a reiterar su apuesta por el diálogo.
El vigilante no fue el único que presentó ayer denuncia contra miembros del colectivo, la presidenta de a flote, Pilar Acosta, también inició medidas legales contra Lazareto por el “escrache” protagonizado por algunos miembros de la asociación a las puertas de un conocido bar de Carril. Horas después, el domicilio de Acosta, apareció lleno de pintadas y huevos. Una acción de la que Lazareto también se desvincula. “Nós fixémoslle un escrache pacífico no bar e incluso tivemos que aguantar os seus insultos. Algún custe lle terá que ter non querer dialogar con nós”, advierte Ribadomar.
El presidente del colectivo incluso advertía de la posible utilización del conflicto abierto en Carril por terceras personas para cobrarse sus “particulares vinganzas”. En este sentido, señalaba que “non imos a ser tan tontos como para facer algo o mesmo día que tivemos a bronca no peirao nin a plena luz do día”. La agrupación de mariscadoras de a flote mantendrá hoy por la tarde a las 17.30 horas una asamblea en la Cofradía de Carril para abordar la actual situación y decidir qué medidas adoptar.