El único restaurante con Estrella Michelín en O Grove, el Culler de Pau, echó ayer el cierre forzoso en ejecución de la orden del gobierno meco tras una sentencia que obliga al precinto. La medida se ejecutó a través de la Policía Local en el turno de mañana.
Era una cuestión anunciada desde hace días y no hubo sorpresas, aunque no por ello fue menos traumática para sus responsables ni para el sentir general de la hostelería y un amplio frente social.
La Asociación de Hostelería de O Grove convocó ayer una reunión de su junta directiva y emitió un comunicado público en el que mostraron su “malestar” por el cierre del emblemático local.
Desde el colectivo achacan los problemas de licencias a la ausencia de un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) “en condiciones”, ya que aseguran que “una situación similar está afectando a varios de nuestros asociados”.
Ayer explicaban que mantuvieron diferentes reuniones con representantes del Concello y con la Delegación de Turismo, solicitando en todas ellas solución particular para el Culler de Pau y general para la ordenación de locales de hostelería en el municipio.
Siempre bajo la premisa de que “hay que cumplir la ley”, aseguran que la ausencia de un plan claro que acote y delimite exactamente estos usos dificulta la homologación de los locales.
Lamentan, igualmente, que los problemas derivados del conflicto con el Culler de Pau derivasen en su cierre, al entender que esto causará perjuicio tanto para el restaurante como para la imagen de la hostelería de O Grove, ya que su única Estrella Michelín “ha sido bandera de nuestro municipio allá donde va su propietario, promocionando la gastronomía y el destino”.
El proceso se remonta a la denuncia de un constructor de O Grove contra el establecimiento, propiedad del hermano del entonces edil de Turismo en el gobierno anterior. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia dio la razón al constructor y consideró que existían problemas de licencias en el local. Desde entonces hubo alegaciones y se cursa un expediente de reposición de la legalidad. El restaurador, además, siempre señaló estar dispuesto a encontrar una solución y defiende la existencia de permiso.
No obstante, estos pasos no han valido para detener la orden de precinto. n