El BBVA se adjudicó ayer en una subasta la planta de Marconsa así como las dos parcelas en las que está ubicada en el polígono de Catoira por 218.600 euros cumpliendo el requisito legal de superar el 50% del valor real de los bienes inmuebles. La adjudicación no es definitiva ya que el Juzgado Mercantil concede a los administradores concursales diez días para buscar un mejor postor, pero en caso de que no apareciese el banco con el que estaba firmada la hipoteca se quedará con las propiedades.
Durante la puja pública de ayer también se puso a la venta los bienes muebles de la planta de Vilagarcía, ubicada en la recta de Rubiáns, entre los que se encuentran vehículos, maquinaria, equipos informáticos y hormigoneras. En este caso los bienes han ido a parar, también de manera provisional, a una sociedad por 437.000 euros, el 30% del valor estimado de este lote de bienes.
Con estas ventas se podría dar cumplimiento al pago del crédito contra la masa concursal, es decir, todos aquellos pagos pendientes después de que se declarase el concurso que asciende a 800.000 euros. En este apartado se encuentra el pago de las indemnizaciones a los catorce trabajadores que en el momento en el que cierra la empresa estaban en plantilla.
La suma indemnizatoria por el despido de estos trabajadores es de 140.000 euros a los que habría que sumar las cinco mensualidades pendientes.
En esta masa concursal también se incluyen algunas facturas pendientes de cobro. n