Los hilos rojos de la solidaridad

La pandemia del coronavirus ha vuelto a poner de relieve el carácter solidario de los barbanzanos, como es el caso de una treintena de mujeres que integran el colectivo Hilos Rojos Ribeira para la elaboración de mascarillas protectoras. Esta iniciativa, cuyo nombre viene de la leyenda de que arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique, simbolizando el interés compartido y la unión de los sentimientos, surgió de la necesidad de protegerse ante esta pandemia mundial. Sus integrantes ven la necesidad de colaborar confeccionando esos objetos protectores elaborados con telas de algodón para los que tienen que seguir trabajando, como sucede con las enfermeras y resto de personal del Hospital do Barbanza y también se envía a trabajadores del Clínico y del CHUAC, pero para que lleven en sus domicilios y preservar a sus familias de contagios.

Han comprado gran cantidad de material con el dinero del bote que pusieron, pero también han recibido donaciones, como Max China, para elaborar desde sus casas esas mascarillas, que no están entre las homologadas, pero que las están perfeccionando con el paso de los días y son reutilizables. Además, señalan que Tintorería Aída empezó a lavar esas mascarillas que confeccionan antes de que sean entregadas. También tienen a una voluntaria que dispone de maquinaria industrial y que se encarga de cortar el material.

Destacan que Suministros Outeiro les han donado un rollo de polipropileno, que les sirve de aislante, y Neoprint les imprime las pegatinas con las instrucciones de uso. Las mercerías de Ramona Regueira y O taller da avoa les donaron gomas e hilos, así como Arimoka les está aportando sus conocimientos y materiales. “La solidaridad nos desborda”, señalan impulsoras de esta acción, que están poniendo de su parte mucho trabajo e infinita voluntad, además de material.

Además, recibieron información desde Santa Comba de otros materiales a usar para elaborar el filtro de las mascarillas, como TNT (textil no tejido). Además de comprarlo vía online, contactaron con empresas constructoras de la zona por si tenían stock de ese material. También tuvieron que hacer compras en almacenes de A Coruña de material, como hilos, gomas y agujas para las máquinas de coser con que trabajan. l