Este 3 de noviembre se cumplen 59 años del lanzamiento del primer ser vivo al espacio, la famosa perra “Laika”, que el programa espacial soviético recluyó en la nave “Suptnik 2” con destino al espacio exterior.
La historia de “Laika” empieza cuando fue encontrada como una perra callejera vagando por las calles de Moscú. Los científicos soviéticos optaron por utilizar canes sin casa de la capital de la URSS, ya que se asumía que estos animales, debido a su supervivencia en este entorno, ya habían aprendido a soportar las condiciones extremas de frío y de hambre.
La “Sputnik 2” fue la segunda nave espacial puesta en órbita alrededor de la Tierra, algo que sucediço a las 02.30 horas UTC del 3 de noviembre de 1957. Era una cápsula cónica de cuatro metros de alto con una base de dos metros de diámetro. Contenía varios compartimentos destinados a alojar transmisores de radio, un sistema de telemetría, una unidad programable, un sistema de control de regeneración y temperatura en cabina e instrumental científico.
En una cabina sellada y separada del resto viajaba la perra “Laika”, cuyo nombre original era “Kudryavka”, y que pesaba unos seis kilos.
La cabina presurizada del “Sputnik 2” le permitía estar acostada o en pie y estaba acolchada. Un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno; la comida y el agua se encontraba en forma de gelatina.
sin retorno
“Laika” estaba sujeta con un arnés, una bolsa recogía los excrementos, y unos electrodos monitorizaban las señales vitales. Un primer informe telemétrico temprano indicó que “Laika” estaba agitada en el espacio pero comía. No había posibilidad de retorno a la Tierra, por eso se planeó sacrificarla después de diez días en órbita.
Sin embargo, en octubre de 2002 se reveló por fuentes rusas que “Laika” había muerto a las pocas horas de iniciar el viaje espacial debido al sobrecalentamiento y el estrés. La misión suministró a los científicos los primeros datos del comportamiento de un organismo vivo en el medio espacial.