El profesor Xaime Pillado deja su huella en el IES Cabanillas

El Parador fue escenario el viernes de uno de esos momentos que hacen que cualquier ser humano mire hacia atrás y piense: algo habré hecho bien. Y es que compañeros, amigos y familiares se dieron cita en el histórico inmueble con motivo de la jubilación del profesor Xaime Pillado, del IES Ramón Cabanillas. Sin embargo, poco tardó en descubrirse el pastel para quedar patente que solo fue una excusa para reconocer la calidad humana y profesional de este cambadés.
Así lo dejaron patente los asistentes con su simple presencia y en sus palabras. El docente de Xeografía e Historia se sintió abrumado con tanta atención y presentes y a cambio solo recibía algunos “te lo mereces”. Durante 11 años ha dado clase en el instituto Cabanillas donde también estudio en su juventud y ahora lo hace su hijo. “Estou moi agradecido cos alumnos, cos compañeiros, co centro en xeral é xenial”, relataba el homenajeado.
Este vecino, que se crió en las bellas e históricas calles del barrio de Fefiñáns, se retira con 60  años y aún no tiene claro a qué dedicará tanto tiempo libre, pero se teme que será víctima de los recadillos de la familia. “Agora veñen os: ti que tes tempo vai facer esto ou o outro”, declaraba entre risas.

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Además de por su labor docente, Pillado es muy conocido en la localidad por formar parte de aquella alineación histórica que en la temporada 74/75 batió récords con 104 goles. De hecho, siempre ha estado muy ligado a los equipos de fútbol cambadeses, como el Juventud y dicen los que saben que “era muy buen jugador”.
En la Universidad de Santiago estudió la carrera que le daría una profesión, pero tras aprobar la oposición el primer destino no pudo ser cerca de casa. Primero fue un colegio de Euskadi, luego se acercó un poco más (Monforte) y cada vez más, pasando por Vilagarcía, Vilalonga y finalmente Cambados, “cando a espalda xa non está para tanto coche e non tes tanto reparo en coincidir habitualmente cos teus alumnos”, contaba con una sonrisa.
Otros también recordaban en estos días su paso por “Unha Grande Chea” en su divertido Entroido y miles de anécdotas que endulzaron la comida del Parador.
Pillado deja el Cabanillas en buenas manos, de sus compañeros a los que agradeció el detalle y a los que seguirá viendo ahora como padre.
No faltó algún presente muy significativo y la foto de familia y otras decenas de instantáneas para retratar el cariño de los que acudieron, aunque eso, Xaime Pillado, ya se lo lleva grabado el corazón.