La Policía Local de O Grove notificó ayer a los propietarios de los carruseles instalados en O Corgo la orden de desmontaje inmediato. No sentó muy bien entre los empresarios de la feria, ya que muchos de ellos confiaban en poder permanecer en la localidad durante todo el fin de semana.
Fuentes municipales confirmaron ayer que la decisión fue tomada para evitar el caos que hoy se produciría al estar ocupado el espacio que normalmente se destinada al mercadillo de los viernes por las atracciones de feria.
A última hora de la tarde de ayer apenas quedaba rastro en O Corgo de la mayoría de las atracciones que durante días llenaron de luz, música y bullicio las tardes y noches de las fiestas del Carmen.
La petición de los feriantes, a los que en ocasiones se les permite permanecer durante más tiempo en la localidad para permitirles ampliar su negocio, no pudo ser atendida en esta ocasión al correr el riesgo de interrumpir la actividad comercial de los ambulantes prevista para hoy.
Y es que el Gobierno local mantiene la celebración del mismo para hoy, por lo que los ambulantes —que pagan un canon anual— reclamarían su espacio a primera hora de la mañana.
Fuentes municipales aseguraban ayer que ya el propio mercadillo, en temporada alta, genera un problema de tráfico y aparcamiento suficientemente importante como para permitir que coincida con los carruseles de feria también en O Corgo.
El Concello de O Grove tenía este año una prisa especial por hacer desaparecer la imagen de las barracas en el centro de la localidad.
Miguel Ángel Pérez, que ya anunció la intención del Concello de asumir directamente la gestión de los carruseles y puestos en próximas ediciones, lamentaba también que este año se hubiese permitido ubicar en la localidad todo tipo de puestos, sin ningún control sobre los artículos a comercializar.
O Grove afronta ahora lo más fuerte de la temporada alta, con una imagen de pulcritud.