El anuncio de la dirección del grupo Garavilla de cerrar Conservas Cuca y trasladar a toda la plantilla a la planta de O Grove ha causado una profunda preocupación no solo en Vilaxoán, sino en toda la comarca arousana. El sector de la conserva no está atravesando por uno de sus mejores momentos, si nos atenemos a los conflictos laborales que han salpicado esta zona a lo largo de los últimos años y que tienen en el caso de Alfageme el ejemplo más mediático. Lo peor de esta situación es que más de un centenar de trabajadoras se ven forzadas a un ERE temporal y de traslado que se podría prolongar durante seis meses, en unos tiempos ya difíciles de por sí. Solo cabe esperar que la decisión del grupo vasco se deba a que entiende que es mejor centralizar la producción y no el primer paso para prescindir del personal y ajustar la plantilla a las necesidades de una sola planta.