“PUNTO PELOTA”

La expresión “Punto pelota” nos trae a la memoria aquellas acaloradas discusiones de patio de colegio en las que el niño que se creía con más razón que el resto acababa imponiendo su capricho, no siempre con razón, ante la opinión del resto de participantes, que le solían ganar en número y a menudo en lógica. ¿Les suena?. Pues imagínense mi cara cuando esta misma semana, a raíz del tema de las terrazas en la Xerencia de Urbanismo (donde se supone que se tratan temas serios y donde el ahora alcalde tendría que hablar con autoridad como exasesor del ramo) me espetó esa misma frase: “se está trabajando en la nueva ordenanza y ya se le informará. Punto pelota”. Demoledor el nivel. 
Demoledor el estilo y demoledora la ínfima altura política. Lo digo porque quitando su conocida afición por el baloncesto, del resto, con estas perlas que suelta parece que tiene la misma talla de seriedad que esos niños de patio de colegio, aunque peina más canas que todo el recreo junto. Ya está bien de jugar a querer ser alcalde y encadenar prohibiciones para los demás cuando el puesto te queda tan sumamente grande. Mucho sillón el de alcaldía para tan poco aspirante, me parece a mí.
El problema de Alberto Varela, quizás el principal de la ristra que empieza a tener encima de la mesa, es que ya no le vale el argumento que ha utilizado una y otra vez en estos 300 primeros días: el de “y Usted más y peor”. Dice la portavoz García Sanmartín cada vez que puede en los plenos que yo no he entendido todavía que ya no gobernamos. 
Y realmente la que más se equivoca es ella. La que no asume el cargo que ahora tiene es ella, que lleva 10 meses sintiéndose cabeza de ratón y hasta alcaldesa en funciones cuando no es más que un pequeño mechón de la cola de león que supone el pleno y en Vilagarcía. Ella es una concejala más de los 21 que formamos la corporación y una portavoz de los cinco que nos vemos la cara al menos una vez al mes en el salón de plenos. Y lo peor es que a cada paso que damos nosotros desde la oposición queda en peor lugar su labor durante los últimos años en la misma barrera de los que no gobiernan. Si hubiese hecho la mitad de lo que ya hemos puesto nosotros encima de la mesa podría estar autorizada a opinar en un debate serio, pero su currículum, además de algún que otro sonoro patinazo no da para sacar mucho pecho. Igual que su labor actual en gobierno…
Pero volvamos al alcalde de terraceo. Resulta que ahora se viene arriba y además de decirnos donde no podremos comprar (Alcampo), donde no podemos trabajar (en las tiendas del área comercial), donde no podremos hospedarnos (hotel de O Ramal), donde no podremos informarnos turísticamente (en el difunto CIRA) y donde no podremos pasear (sendas verdes del municipio), resulta que ahora tampoco podremos tomarnos una caña a las 01:01 horas. ¿Saben cómo le llamo yo a eso? TOQUE DE QUEDA. 
Ya me imagino al alcalde con sombrero, gabardina y bigote falso escondido tras un periódico con dos agujeros haciendo guardia hasta que el reloj dé la nueva hora bruja para llamar corriendo a la Policía para que venga a poner multas. Ahora no lo hace. Barra libre dijo. Y de repente, todos a casa con la primera campanada del reloj. ¿A que les suena ridículo? A mí también. Pues el alcalde no lo ve así. Suena tan ridículo como estar orgulloso de querer transformar Vilagarcía en esa aldea en la que todo vale mientras la gente siga sin poder trabajar. 
Ya lo he dicho más veces, pero no me cansaré de repetirlo. El colmo de una ciudad es que su alcalde vaya en contra de sus vecinos, y Vilagarcía es ya tristemente conocida, aquí y fuera, por tener un gobernante que espanta y prohíbe cualquier resquicio para que los 5.000 parados puedan regresar al mundo laboral. Vaya ejemplo y vaya daño nos está haciendo.
No me quiero extender mucho más, pero si está Usted leyendo esta carta en una terraza de Vilagarcía disfrute, que en breve pueden echarle a su casa porque al alcalde parece no gustarle que los hosteleros se ganen el jornal y puedan contratar a esa persona que le acaba de servir su consumición. 
Y por último, decirle al compañero de corporación Gaspar Somoza, de Somos Maioría, que la próxima vez que quiera cargar sus dardos contra el grupo político que yo represento como presidente y portavoz en el pleno, se informe un poco antes de meter la pata, que ya van muchas. Patinar día sí y día también no le hace precisamente apto para defender los intereses de los cientos de votantes que en él depositaron su confianza. No diferenciar entre una gaviota y un charrán dice de él que de ornitología y de política sabe más bien poco (lo digo por su referencia al logo del PP). 
Lo de la ornitología no me importa demasiado, que en su tiempo libre haga lo que quiera, pero lo de la política… el hombre que no quiso apoyar una moción para mejorar los parques infantiles por no entender qué significa “plan plurianual” no creo yo que tenga demasiado rigor como para venir a dar lecciones de lo que dice, opina y aporta otro grupo político, que le recuerdo que multiplica por 7 sus concejales. Más documentación y menos arrogancia para criticar a los demás sin hacer autocrítica, que ya está bien. 
Me sorprende que le sorprenda que priorizásemos un debate que está de rabiosa actualidad con la plataforma del empleo en los terrenos de Megasa frente a un tema, tantas veces debatido y tan “actual” como la Segunda República. Quizás en algunas décadas ya le otorgue la urgencia que se merece a lo que ocurre hoy en día en Vilagarcía. Y por cierto, él también lleva 300 días en esto y la “L” de la autoescuela, en política, hay que retirarla antes que en los coches.
*Portavoz del grupo municipal del Partido Popular en Vilagarcía

“PUNTO PELOTA”

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