SI a Esperanza “Metomentodo” Aguirre le costó retirarse más que a un torero, a su coetánea Celia “La cotorra” Villalobos le ocurre lo mismo. Famosa desde que allá por 2001, cuando era ministra de Sanidad, desaconsejó hacer caldo con huesos de vaca, reforzó su popularidad en 2015 al conseguir el récord del Congreso en el Candy Crush –hubo invitados a plenos que intentaron arrebatárselo, pero no lo lograron–, vive una prejubilación dorada como vicepresidenta de la Cámara, pero ni aun así se contiene. Que se lo digan a la mareante Yolanda “La Yoli” Díaz, a quien le montó una tremenda hace no muchos meses por irse de superguay, que es lo que le mola a la ex pareja de hecho –de hecho político, ¡eh!– del ya octogenario Beiras. La bronca ahora se la van a montar a ella, pues los sorayos la culpan de la derrota en el congreso, que consideran que fue consecuencia del road show televisivo que se montó Villalobos en los días previos cargando contra Casado. Lo van a tener difícil para cortarle la lengua; ni el hacha de un miembro de la yihad del alcolito será suficiente.