EUFORIA “MELENDIANA”

La gira “Lágrimas encadenadas” de Melendi está abarrotando recintos y colgando el cartel de “entradas agotadas” con antelación al día del concierto. A Coruña no fue una excepción y el cantante asturiano cubrió el aforo –8.500 personas– del Coliseo y más que hubieran asistido a él de no mediar el recorte de su capacidad para mantener las medidas de seguridad exigidas.

Largas colas para entrar y en ellas abuelos con nietas, padres con hijas, adolescentes y jóvenes veinteañeros esperaron con resignación su turno para acceder al recinto, donde también la seguridad cumplió su cometido ordenando el tránsito interior para evitar aglomeraciones.

Con media hora de retraso Melendi saltó al escenario, entre el estruendoso “rugir” de sus incondicionales, que durante todo el concierto lo arroparon con sus voces cantoras, convirtiendo el recinto coruñés en un gigantesco karaoke.

Aparecieron “lágrimas de emoción” –con algún desmayo presenciado por Melendi desde el escenario parando el concierto para que la chica fuera atendida, detalle que fue agradecido con aplausos– en una noche de “euforia melendiana” iniciada con “Tu lista de enemigos” e interpretada entre amigos.

La trayectoria artística de Melendi, después de su decisión de dejar de pelearse con el mundo y contra sí mismo, ha encontrada una autopista. Mantiene sus dosis de personalidad, aunque alejándose de la “rumba calorra” con la que se abrió paso con éxito en sus inicios. Un giro hacia el pop con rasgos rock que engrasa aficiones adolescentes donde hoy está el negocio de la música en directo.

El “set-list” del concierto encadenó las canciones de su último álbum y recorrió temas referenciales de anteriores trabajos, siempre aclamados con esa intensidad juvenil que da alas al “nuevo” Melendi, centrado no solo en su luminoso presente, sino también en el futuro.

Visto lo visto, decir lo que no se vio: pantallas de vídeo laterales para que el público más alejado pudiera “acercarse” más al escenario. Una jornada musical que puso a prueba con éxito, y sin incidentes, las medidas de seguridad, y que a buen seguro fue el “bautizo musical” de muchas pre-adolescentes.

EUFORIA “MELENDIANA”

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