pedro Sánchez alguna vez ha flirteado con la posibilidad de crear un impuesto a la banca. Cuando las cuentas no salen y el dinero es el que es, los políticos suelen recurrir a quienes se supone que tienen más para sufragar sus dispendios. La medida nunca se llegó a aplicar y son muy pocos los países que tienen una tasa similar. Sin embargo, es evidente que desde el Gobierno se pueden hacer muchas cosas para mejorar la vida de los ciudadanos y, sobre todo, para poner cortapisas a algunas prácticas bancarias que no dejan de tener un cierto tufo monopolístico. Cada vez son más los pueblos de esa tan de moda España vaciada que se ven obligados a pagar una tasa para poder tener un cajero automático. Ese elemento es fundamental para la vida de sus vecinos, mientras que las entidades renuncian a estar presentes en estas localidades debido a la pequeña cifra de negocio que generan. Se podría buscar el modo de obligar a esas entidades a prestar un servicio básico. Solo hay que buscar el modo.