Trileros

os trileros se conocen por ser expertos en la trampa y el engaño que se comete en el juego que ellos mismos teledirigen para reírse de todo el mundo y sacar provecho. Se suelen buscar víctimas dóciles y fáciles, aprovechan las buenas intenciones del que está al otro lado de los cubiletes y los lían, distraen su atención y ejecutan la “fullería”, que es el término culto para definir tanta tomadura de pelo.
Supongo que no tengo que poner ni nombres ni apellidos, ni especificar que las comparaciones con la política municipal son odiosas pero reveladoras. En todos los años de carrera política que llevo a mis espaldas creía haber visto de todo, pero se ve que no. Que en todo lo que tenga que ver con chanchullos, chapuzas, trampas y dobles varas de medir, hay quien quiere pasar a la historia por sacar todo el repertorio. Qué lástima que toda esa bilis que utilizan para atacar a los vecinos y al mayor (y creo sinceramente que el mejor de todos los que hay actualmente) grupo de la oposición, podrían transformarla en algo bueno. Pero no. Se ve que no están aquí para eso.
El PP dijo en gobierno y pidió ahora en oposición que el PXOM se le explicase a la gente por las parroquias. Nosotros no pudimos llegar a hacerlo, pero este mismo diario puede dar buena cuenta de que ya en 2013 y en 2014 yo mismo lancé esa idea. ¿Saben qué ha pasado este jueves? Que el gobierno se negó, se revolvió ante la idea como un poseído ante el agua bendita y el crucifijo. He visto gatos con más predisposición a hacer submarinismo que a este grupo de concejales a contar con la ciudadanía y he visto a reconocidos carnívoros culinarios más dispuestos a alimentarse de ensaladas y verduras que ellos de ser justos y transparentes. Hay que ser muy retorcido para presumir de esa bipolaridad, la de prometer en campaña presupuestos “participativos” que entiendo que no tienen ni la más remota idea de qué significa y luego reírse de todo y de todos.
Lo más triste es que están intentando (y con cierto éxito, por desgracia) “desplumar” la democracia. Entre no dejar hablar, vetar lo que no les gusta, amenazar a quien le pueda destapar las vergüenzas y enfrentarse a los vecinos lo cierto es que están escribiendo un currículum digno de políticos que indignan.
El tipo de políticas que están poniendo en práctica es un “acordeón” en toda regla. No seré yo el que lo diga, pero podría parecer que para aquellos casos en los que hay intereses, gente con determinado carnet o devolución de favores, se diría que el acordeón de los reglamentos y decisiones se estira hasta que el instrumento no da más. Y eso que se empeñan. Mientras tanto, para aquellos temas, personas o empresas que no pasan por el aro, podría llegar a pensarse que el acordeón se contrae y por ese canal no pasa ni el mínimo resquicio. Llámenme malpensado, aunque llámenselo también a todos aquellos que se sienten engañados, ultrajados, insultados, ninguneados y faltados a su respeto, que “haberlos hailos” y cada vez son más (y están más cabreados).
Volviendo a lo de los juegos peligrosos. Ya hay voces autorizadas que vienen alertando desde hace tiempo del gusto de alguno por jugar con fuego. Una cosa es que te guste ver cómo baila la llama y otra que, salvando las distancias y hablando en sentido figurado, que tus libros de cabecera sean sobre piromanía y grandes incendios. Caminar siempre por el delgado filo de la navaja suele ser el mejor camino para acabar rebanado por esa afilada hoja. Hay quien confía en que tropiece, hay quien se cree que nunca caerá y luego está la vía intermedia: la de la propia hoja de la navaja, que no tiene prisa ninguna porque sabe que al final ganará. 
Me despido por hoy alucinando con el perdón que tuvo que decir, a regañadientes, ante los vecinos de A Coca. Hay perdones y perdones. Hay perdones sinceros, que realmente salen del corazón y nacen de reconocer un error y hay… “perdones verbeneros”, que se piden cuando están los focos encendidos y hay gente delante, pero que no tienen nada de serio. Hay mucha verbena últimamente en Ravella. Ya veremos cuando alguien entre, encienda la luz y cuente la verdad de cómo se gobierna este Concello ahora...

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