VÍCTIMAS TAMBIÉN DE LA LOGSE

Lo primero que hay que decir es que no se puede generalizar; que son varias las generaciones de maestros que hoy enseñan a nuestros hijos y nietos; que es, por tanto, muy distinta la preparación con que unas y otras han ido llegando a la docencia, y que incluso dentro de cada hornada o promoción no todos responden al mismo patrón de conocimientos y habilidades pedagógicas.

Pero sentado esto por delante, la opinión pública no ha podido menos que asombrarse ante los resultados del proceso selectivo para el acceso al cuerpo de maestros de Primaria 2011, en Madrid, que ha hecho públicos la Administración educativa de aquella comunidad.

Iba a decir que lo de menos son esas enormes pifias cometidas por algunos opositores, como esas que Ávila está en La Coruña; que la gallina es un mamífero. Quiero suponer que tales despropósitos pueden bien ser una excepción entre los 12.298 aspirantes que entregaron la prueba.

Lo peor es que sólo el 15,2 por ciento de los opositores aprobaran un examen con preguntas que deben conocer los niños al acabar la enseñanza primaria. Lo peor es que sólo 152 (el 1,23 por ciento) obtuvieran una nota entre 7,5 y 10. O que únicamente un 21,4 por ciento lograra calcular con acierto algo tan elemental como la longitud de una circunferencia y el área de un círculo. O que no más de un 33,2 por ciento hiciera lo propio con una simple ordenación de mayor a menor de una serie de números decimales y fracciones. Y así sucesivamente.

A la vista de esta realidad, autoridades políticas y académicas han hecho hincapié en la necesidad de revisar los planes de estudio en las Facultades de Educación. Pero, a juicio de otros, el problema viene de muy atrás. Viene de las deficiencias de la enseñanza que las nuevas generaciones han recibido a su paso por las distintas etapas educativas. Es decir: que con las debidas salvedades y excepciones, los nuevos aspirantes a maestros de nuestros hijos y nietos son también ellos mismos verdaderas víctimas Logse. Las víctimas de la fatídica Ley Orgánica General del Sistema Educativo, alumbrada a comienzos de los años 90 bajo inspiración y mandato socialista, no son ya sólo los alumnos de entonces, sino también no pocos de los nuevos maestros de hoy. Nuevos maestros para cuyo acceso a las aulas cuenta más la antigüedad en la lista de interinos y la supuesta experiencia que el nivel de conocimientos acreditados.

Es de suponer que, en lo que a él compete, el ministro Wert habrá tomado buena nota de todo ello. La LOE vigente, hija predilecta de la Logse, necesita un revolcón; no una simple reforma cosmética y miedosa. Los hechos cantan.

VÍCTIMAS TAMBIÉN DE LA LOGSE

Te puede interesar