más pronto que tarde, Cristina Cifuentes tendrá que dimitir. Será la principal pieza que se haya cobrado el fuego amigo, si es cierto lo que sus allegados susurran a todos aquellos que les quieren oír. Ella y su círculo más cercano están convencidos de que la filtración de su, cuando menos, peculiar máster salió de las entrañas más profundas de Génova 13. Y es posible que tengan razón. Son muchos los que se han fijado en que desde hace tiempo, todo aquel que se postula con fuerza como posible sucesor de Rajoy acaba encontrándose en los medios con situaciones que vienen de antiguo pero que no les favorecen en sus aspiraciones. La paranoia en las filas del PP es tal que algunos incluso se cabrean cuando desde algún medio de comunicación se les señala como políticos a seguir. Y lo peor de todo es que quienes se creen a pies juntillas esta teoría de la conspiración aseguran que Rajoy no es su impulsor. Ni tan siquiera sabe quien es esta maquiavélica mente. Aunque lo sospecha. FOTO: Cristina cifuentes, vigilando su espalda | aec