Majka se da un homenaje en El Barraco y Eiking se aferra a la roja en La Vuelta

Majka se da un homenaje en El Barraco y Eiking se aferra a la roja en La Vuelta
El ciclista polaco celebra su victoria en la 15ª etapa/EFE/Manuel Bruque

Después de 87 kilómetros escapado en solitario y de coronar 4 puertos por la sierra abulense, el polaco Rafal Majka (UAE Emirates) se dio un merecido homenaje alzando los brazos en El Barraco, pueblo de culto ciclista y campeones, donde siguió vestido de rojo el noruego Odd Christian Eiking (Intermarché).


Majka (Zegartowice, 31 años), escalador doble rey de la montaña del Tour, se metió en la escapada buena, atacó en el primer puerto y ya nadie le vio el dorsal hasta meta. Un enorme esfuerzo en solitario que le permitió volver a catar la gloria cuatro años después de su última victoria, precisamente en la Vuelta, cuando se impuso en La Pandera.


En memoria de su padre, fallecido hace 4 meses, y por su hijos, Majka lo dio todo para firmar una hazaña como ganador de la decimoquinta etapa de la Vuelta disputada desde Navalmoral de la Mata a El Barraco a través de 197,5 km.


Se presentó en meta con un tiempo de 4h.51.36, 1.27 minutos antes que el neerlandés Steven Kruijswijk (Jumbo-Visma) y 2.19 respecto al australiano Chris Hamilton (DSM) a 2.19, sus inmediatos perseguidores. El grupo de favoritos llegó a meta a 2.57 de Majka, con Yates ligeramente adelantado. El noruego Eiking no quiere soltar el maillot rojo y lo pelea con uñas y dientes. Le siguen en la general Guillaume Martin a 54 segundos, Primoz Roglic a 1.36 y Enric Mas a 2.11.


Empieza el recital en La Centenera

Salida supersónica de la localidad cacereña de Navalmoral de la Mata, muchos intentos de fuga, pero poco efectivos. Se animaron ilustres ganadores de etapa como Bardet, Caruso, Cort Nielsen.... pero el pelotón no estaba dispuesto a permitir alegrías camino de la sierra de Ávila. En la primera hora se voló, 50 kms/hora.


Subiendo el primer puerto del menú de montaña abulense, La Centenera (1a, 15,1 km al 5,5%) se marcharon Aru y Majka, pero el polaco tenía planes ambiciosos y soltó al italiano ganador de la Vuelta 2015 en el segundo puerto, en Pedro Bernardo (2a,9 km à 4,2%), donde Majka inició su camino de rosas.


Un soliloquio a pico y pala, pedalada a pedalada que Majka continuó en el interminable Puerto de Mijares (1a, 20 km al 5,4 por ciento, un escollo de largo aliento donde el doble ganador de la montaña en el Tour supo mantener a raya al neerlandés Kruikswijk, impotente en la persecución, coronando el puerto a 1.45 minutos. El grupo de favoritos estaba decidido a ceder la gestión de la etapa a los escapados.


Majka se da un homenaje 

Llegar a El Barraco impone un respeto especial. Esta población de apenas 2.000 habitantes es sinónimo de ciclismo, ciclismo de escuela gracias a la labor impagable de Víctor Sastre en la formación, y ciclismo de elite, donde resuenan, entre otros, los nombres de Carlos Sastre, ganador del Tour 2008, Ángel Arroyo ó José María Jiménez.


Un enorme foto de Sastre brazos en alto, vestido con el maillot amarillo en París y rodeado de sus hijos, preside el polideportivo que lleva el nombre de su padre, Víctor. Brazos abiertos, como queriendo recibir con un abrazo al conquistador de la etapa que llegaba a su pueblo de adopción.


Ese abrazo fue para Rafal Majka, otro escalador de pedigrí, como los ciclistas de estas tierras abulenses que divisan la Sierra de Gredos. El polaco reinó en todos los puertos de la jornada, no dio opción a nadie, haciendo honor a la frase de su perfil en redes. "Hay que ser siempre positivo". y lo cumplió a rajatabla.


Majka, iniciado en el ciclismo con 12 años tras pasar por el fútbol, adorna su palmarés con tres etapas del Tour, dos en la Vuelta y el bronce olímpico en 2016. En El Barraco sabía que ganaría desde su escapada a 87 kilómetros de meta. Un regalo para su padre, su estímulo, su motor. Un día grande para ambos.


Este lunes, la Vuelta disfrutará de la segunda jornada de descanso en Santander, para volver el martes con la decimosexta jornada entre Laredo y Santa Cruz de Bezana, de 180 kilómetros.

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