Vecinos de Catoira se concentraron ayer al lado de la iglesia para reclamar una solución a un problema que llevan mucho tiempo sufriendo y que se ha intensificado desde hace seis meses: El mal olor. “Non sabemos cal é a causa do problema, o que queremos é que se solucione”, asegura una de las portavoces de los afectados, que ayer portaron carteles reivindicativos.
Aunque los olores pueden llegar hasta Santa Baia (depende del viento o incluso de la tormenta), la zona donde se concentra el problema es precisamente el centro urbano, donde se encuentran las depuradoras. Una fábrica del entorno o el saneamiento municipal son las principales causas que se barajan. El BNG apuntó directamente a la red de alcantarillado pero el alcalde, Alberto García, descarta que el origen se encuentre en las instalaciones públicas. El regidor no quiere sembrar polémica sobre un asunto que, asegura, se solventará en “breve” y se sabrá la causa, pero no deja de enviar un recado a los nacionalistas, a los que recuerda que antes estuvieron ellos en la Alcaldía y que el mal olor comenzó hace dos años.
Sea quien sea el responsable, lo que piden los vecinos es una solución. “Non podemos nin tender a roupa porque empápase do mal olor e hai que volver a lavala”, explica una de las vecinas que participó en la protesta.