El Concello de Vilagarcía emitió, desde principios de este año, un total de 80 requerimientos a propietarios de fincas particulares para que las limpiasen y las liberasen de la maleza. La administración local actúa en base a una ordenanza municipal que obliga a los dueños de las parcelas a mantenerlas en perfecto estado tanto por motivos de salubridad con respecto a las propiedades colindantes como para evitar cualquier riesgo de incendio. De hecho, y si se dan varios requerimientos sin que los propietarios ejecuten las órdenes, el Concello tiene la potestad de sancionar o incluso de limpiar oficio los terrenos pasándoles después las facturas a los infractores.

Es justo en el último tramo del verano cuando más denuncias por fincas llenas de maleza se producen en Vilagarcía, sobre todo en aquellos barrios más alejados del centro en los que fincas particulares sin edificar conviven con bloques de viviendas. En más de una ocasión los vecinos denunciaron presencia de ratas o serpientes y alertaban de la problemática que una parcela llena de zarzas y hierba puede suponer en caso de que se produzca un incendio fortuito.

El propio Concello ha impuesto a lo largo de los últimos años multas a propietarios que hicieron oídos sordos respecto de los requerimientos municipales. Las multas llegaron a 6.000 euros y de forma reiterada. La ordenanza municipal incluso contempla la posibilidad de expropiación en caso de que ya se agoten todos los mecanismos y, además, el estado de la finca en cuestión suponga un grave riesgo para la seguridad de los vecinos o de los viandantes que puedan pasar por el lugar.

Los requerimientos que pueden hacer desde el Concello respecto al mal estado de las propiedades no solo se limitan a las fincas con maleza, sino también a las propias edificaciones abandonadas y que reciben un seguimiento de los servicios ténicos del área de Urbanismo. En el caso de viviendas las quejas se refieren más que nada a peligro de derrumbamiento bien sobre otra propiedad o incluso en viales públicos.

Cabe recordar que, a mayores, el estado de las fachadas de los edificios es otro de los temas que preocupa mucho a la ciudadanía y que incluso llegó a ser motivo de debate en uno de los últimos plenos de la Corporación. Ravella reconoció ahí la imposibilidad de hacer un control de todas las fachadas privadas.