Nesquik, zumo y galletas, chute de azúcar para la gastroenteritis

Nesquik, zumo y galletas, chute de azúcar para la gastroenteritis
Imagen del menú para “dieta blanda” que sirvieron en el Hospital do Salnés

Si existiera un colmo del nutricionista, sería probablemente lo que le pasó a Laura González. Técnico en nutrición infantil y madre de un niño pequeño, tuvo que lidiar a la vez con la preocupación de tener a su retoño ingresado en el Hospital con el estrés de ver que la alimentación que recibía no era la más adecuada.


Y es que una dieta blanda con un desayuno a base de zumo, nesquik, margarina con mermelada y galletas María es la receta para la dieta blanda con la que se encontró esta madre en el Hospital do Salnés. Un menú que no considera nada idóneo para un paciente con gastroenteritis pero que, además, ve muy lejos de lo que debe potenciarse desde la sanidad pública.


El problema se repitió durante los siguientes días, en desayunos y postres. “No había ni una sola fruta. Pedí específicamente un yogur sin azúcar y no me lo trajeron”, explica. Su sorpresa al ver el primer día el menú del niño aumentó cuando vio que llegaba con la etiqueta de “dieta blanda”.


Como especialista en alimentación, su menú ideal dista mucho del servido en pleno hospital. “Habría mucha fruta, los azúcares hay que eliminarlos. Un nutricionista lo primero que haría sería eliminar los zumos”, explica. Los ultraprocesados, por supuesto, tampoco tendrían cabida. Por todo ello, inició una campaña para que cambien los menús de los hospitales.


Un servicio externalizado

“Lo que ponen en las comidas y cenas está bien. El problema son desayunos y postres”, indica González, conocida por su blog “Mi bebé come solo”. Tras su experiencia, trató de reunirse con la directora del Hospital do Salnés, pero el puesto no está cubierto y habló con el secretario de dirección. Las respuestas que recibió no despejaron su preocupación. “Me dicen que el servicio está externalizado, pero tienen que controlar lo que pasa en sus hospitales. Es una vergüenza que no entiendo”. González tampoco se cree que, tal y como le aseguraron, los menús estén elaborados por nutricionistas. Su estupor no cesó estos días, cuando compartió lo sucedido en las redes sociales y se encontró con situaciones similares de norte a sur del estado, como la madre de un niño de 16 meses al que le dieron salchichas. “Bastante tienes que luchar tú en casa para que no coma esas cosas para que llegue el Sergas y se lo dé”, lamenta González.

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