Otra investidura

Demasiado misterio, demasiada supuesta tensión, demasiados reparos, demasiado, en fin, teatrillo para que todo haya acabado como estaba escrito desde el día uno que iba a acabar; es decir, que los presupuestos iban a contar con la mayoría más que suficiente para salir adelante.


Como es natural, el Gobierno está satisfecho y natural es que busque apoyos. Lo que ya sorprende a muchos y molesta a muchos más es que desde el Ejecutivo afirmen que todos los grupos que les apoyan tienen un sentido de responsabilidad del que carece la Oposición.


Si hubiéramos visto la mitad de esfuerzo que el Ejecutivo ha desplegado con sus socios de investidura por conseguir el apoyo del PP o de Ciudadanos podríamos compartir el juicio del Gobierno.


Sin embargo y que se sepa no ha existido el menor interés por parte de Moncloa para ni siquiera cambiar impresiones con los grupos de Oposición. No es difícil pensar que en el fondo es lo que querían: trasladar la imagen de que la Oposición son poco menos que un grupo de energúmenos.


Al PSOE de Sanchez le resulta más gratificante pactar con ERC y Bildu que, como se sabe, son partidos de Estado de toda la vida. Los primeros dicen que no acatan la sentencia del Tribunal Supremo y el Gobierno calla, y los segundos, a día de hoy, no condenan a ETA. Se lamentan de los muertos, pero de ETA ni media palabra.


También Bildu es mejor compañía que Ciudadanos y PP para el actual Gobierno. A ambos partidos se les perdona todo, todo se les comprende y todo se les perdona. Ni el más mínimo reproche. Ay, de quien, desde la Oposición, dijera que no va a cumplir una sentencia...


En este puzzle de acuerdos, el PNV llega el último, pero llega. Quien crea que los nacionalistas vascos no se han dado cuenta, hace ya tiempo, de la jugada de colocar a Bildu en posición de ganar unas elecciones vascas, es que no conoce al PNV. Lo saben desde hace tiempo.


Si alguien se cree que el partido de Urkullu se va a dejar comer terreno sin mover un dedo es que tampoco conoce al nacionalismo Vasco y, hoy por hoy, el PNV es mucho PNV. Bastante más que Bildu, por mucho que Otegui se presente como eventual hombre de Estado. Este intento suena a broma.


En el PSOE no se entra en reflexiones profundas. Pelillos a la mar. Hay presupuestos y, lo que es más importante, existe, según los propios socialistas, los mimbres necesarios para que salga triunfante una nueva investidura tras las elecciones generales.


Al PSOE le basta con ser la primera fuerza de la izquierda. Y lo será por mucho que Yolanda Diaz intente brillar. Siendo la primera, incluso perdiendo escaños, ahí tiene una cesta suficientes de apoyos para, efectivamente, salir triunfante de una futura investidura.


“La mayoría que hemos obtenido_ asegura un destacado socialista- para los presupuestos es la antesala de la mayoría que vamos a obtener después de las elecciones que serán al término de la legislatura. Lo que hemos conseguido es lo más parecido a otra investidura”.


No les falta razón. Mientras tanto, el Partido Popular esclavo de una batalla interna sin ningún sentido y que, por larga y absurda, ya solo produce aburrimiento. 

Otra investidura

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