La Xunta de Galicia no ha tardado en responder al ultimátum lanzado por el alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, que daba un máximo de quince días para que el gobierno autonómico incorporase al albergue de Carril en su red pública. En principio no se oponen a las exigencias municipales, pero antes de acatarlas le ponen deberes al Concello a modo de obras de cierto calado. Para empezar, dicen que hay deficiencias estructurales que es preciso corregir en la cubierta o acabar con las humedades que los técnicos de la Xunta detectaron en una de sus visitas a las instalaciones. También indican que hay problemas con el suministro eléctrico y emplazan al Concello a arreglar todo esto antes de aceptar las exigencias del regidor de incorporarlo a la red pública de albergues de Galicia.