Los ciudadanos valoran “muy favorablemente” la posibilidad de disponer de distintas opciones para efectuar pagos, ya sea con tarjeta o efectivo. El sector de consumo propone que se eleve de 1.000 euros a 2.500 euros el tope máximo del pago permitido en dinero en metálico en España. El bajo riesgo de fraude al usuario es el principal motivo para el 75% de los ciudadanos para mantener el dinero en efectivo y no sustituirlo por las nuevas formas de pago digital, seguido de un 73% que lo ve como la forma de pago que más ayuda a controlar los gastos y no endeudarse. En tiempos de crisis conviene no liarse con las tarjetas y mantener el calcetín con fondos.