La imagen de Santa Rita ha vuelto a recorrer las calles de Vilagarcía en procesión después de tres años sin hacerlo, unas veces por la lluvia y otras por la pandemia que lo paralizó todo. Y lo hizo en olor de multitudes, con miles de personas en la calle y con cientos de fieles en las misas que se sucedieron a lo largo del día. Esta fiesta mantiene la esencia de una romería, de una romería urbana, que no abundan en la comarca arousana y por eso la hace todavía más especial si cabe. El programa religioso ha sido el tradicional, pero salpicado con diferentes actividades en la calle para el disfrute de los vilagarcianos.