El Arosa jugará un año más en Tercera. Nada de mala suerte. Por méritos propios. Se profesionalizó el equipo y en la pretemporada parecía que el ascenso se iba a conseguir casi sin sudar. Llegaron los partidos oficiales y no daban pie con bola. Refuerzos invernales y tres entrenadores y tampoco. El presidente, que tanto hizo por el club, está hundido. Piensa en dejarlo. A ver. Alé Arosiña, alé.