El acusado le confesó a la Guardia Civil que tenía “grabada” la cara de la niña y que por eso no quiso ver el pozo

El acusado le confesó a la Guardia Civil que tenía “grabada” la cara de la niña y que por eso no quiso ver el pozo
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“Tengo grabada la cara de la niña como si la estuviera viendo ahora mismo”. Esa frase se la dijo José Enrique Abuín al capitán José Miguel Hidalgo, al que llevaba a su lado, mientras el único procesado por el crimen de Diana Quer guiaba a la Guardia Civil por la nave abandonada de Asados en la que arrojó el cuerpo de la malograda joven madrileña a un pozo ubicado en su sótano. Recuerda que esa fue la razón que le dio para no querer ver el aljibe cuando en la madrugada del 31 de diciembre de 2017 acudieron a localizarla y, tras la confirmación,  proceder al levantamiento del cadáver.

Este agente, con más de tres décadas de experiencia en el Grupo de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO de la Guardia Civil de Madrid, se incorporó en enero de 2017 a la investigación por la desaparición de Diana Quer, recordó ayer que “O Chiclé” le dijo de manera “espontánea” que regresó días después de haberla arrojado al pozo y que al levantar la tapa vio los ojos y la cara de la muchacha, algo que le había dejado muy impresionado, por lo que la volvió a lastrar para fondearla. La imagen que vio de Diana fue lo que hizo que mostrase recelo a acercarse a donde estaba el cuerpo. Así lo dio a conocer en su testimonio en el juicio que se sigue contra “O Chiclé”, aunque previamente eso mismo ya lo declaró ante el juez instructor. También recordó otros detalles de lo que les dijo al moverse por la citada nave, como que tuviesen cuidado en donde pisaban, pues había huecos, a diferencia de cuando la lastró en dos ocasiones en ese momento, ese inmueble estaba diáfano.

Hidalgo añadió que la falta de iluminación, junto con el hecho de que el acusado no siguiera avanzando por la razón que les había dado, les impidió ver inicialmente el pozo en donde Enrique Abuín les decía que estaba, además de que los allí presentes se hacían a la idea de que era con brocal. Este guardia civil, que recordó que “O Chiclé” dijo en su declaración en la Comandancia de A Coruña que  estaba arrepentido y que pidió perdón, precisó que los investigadores desconocían que en la nave había un pozo, ni que Abuín tuviese relación con ella, que estaba precintada, cerrada con soldaduras, y a la venta. l

El acusado le confesó a la Guardia Civil que tenía “grabada” la cara de la niña y que por eso no quiso ver el pozo

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