El colegio Ana María Diéguez, de Asados, celebra un adelanto de fin de curso con una jornada de convivencia

El colegio Ana María Diéguez, de Asados, celebra un adelanto de
fin de curso con una
jornada de convivencia

Que la comunidad educativa del colegio Ana María Diéguez, de Asados, está muy unida es algo que nadie duda, pues ha dado sobradas muestras de ello en las ocasiones que lo ha necesitado para conseguir lo mejor para los alumnos y que ha participado con éxito en iniciativas como el concierto “Os soños na gaiola” que tuvo lugar el Día das Letras Galegas de 2016. Por si eso fuera poco, desde hace varios años y con el curso a punto de bajar el telón, desde este centro educativo que dirige Santiago Triñanes se impulsa la celebración de la jornada de convivencia “Escola aberta”, que había arrancado como un evento tipo romería. Ayer fueron cerca de un centenar de niños los que, acompañados de sus padres, llevaron a cabo diversidad de actividades.


Pese a que ayer no era día lectivo, los alumnos regresaron a las aulas y al patio de recreo, pero no para estudiar, aunque si para seguir formándose como personas y fortalecer la relación entre ellos, al igual que hicieron sus padres. Desde las once de la mañana hubo talleres en los que los chiquillos pudieron realizar diversas manualidades hasta que una hora y media después el alumnado y profesorado empezaron a hacer demostraciones de inventos o experimentos que cautivaron a los asistentes. Si ello ya resultó interesante de por si, antes de comer llegó uno de los momentos cumbre de la jornada con la actuación del Coro de la Escola de Música de Rianxo, integrado por 40 voces, bajo la dirección de Irene Amado. El recital empezó con algunas piezas en canon, a base de ejercicios musicales, para dar paso a músicas del mundo, como de Brasil, Israel, Macedonia, Japón y, como no podía ser menos, de Galicia, tras lo que se sortearon dos conjuntos de patinetes y cascos. La comida popular organizada por la AMPA Fonte da Revolta”, en la que se pudieron degustar una paella, empanadas y tortilla, marcó el punto de inflexión en esta fiesta de convivencia de la comunidad educativa de Asados.


Mientras los padres disfrutaron de la sobremesa, los niños se divirtieron en un rocódromo y en una tirolina, en la que tras la indecisión inicial y algún que otro “mareo”, algunos incluso repitieron la experiencia en más de una ocasión.


Y hubo juegos variados, que precedieron a una entretenida gincana por parejas, formadas por un niño y un adulto, y que sirvió para poner fin al evento.

El colegio Ana María Diéguez, de Asados, celebra un adelanto de fin de curso con una jornada de convivencia

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