Llegados al mes de diciembre el Arosa se está moviendo para reforzar su plantilla en el mercado invernal. La parcela defensiva es la opción más viable para fortalecer con un fichaje, puesto que en ataque desde el club reconocen que no hay delanteros que se ajusten al rango económico que maneja el club, bastante escaso. El Arosa ya está inmerso en gestiones intentando mejorar la plantilla. En virtud de la inercia que lleva el equipo y que las expectativas son buenas, en el club consideran que merece la pena hacer un esfuerzo más. Y en ello están, con alguna negociación abierta con un futbolista de perfil defensivo que esperan que pueda fructificar en las próximas semanas.
En el Arosa consideran que este puede ser el año de jugar al fin el play-off, y de conseguirlo no quieren que se limite a un premio, sino que ambicionan competir al máximo para pelear por el ascenso llegado el momento. De ahí que no se conformen con los mimbres actuales y estén por la labor de aumentar la competitividad en la plantilla con otro futbolista contrastado y de experiencia.
Después de once partidos sin perder, el equipo vio truncada su racha el domingo en el Vero Boquete de San Lázaro ante un Compostela que demostró su etiqueta de aspirante al título y también la razón por la que ha ganado sus ocho partidos en casa. Al Arosa le faltó competir mejor al inicio de cada parte, pese a todo dio la cara y estuvo con opciones de puntuar hasta el final. Careció de mayor mordiente en ataque cuando llevó la iniciativa con 1-0 en contra en la segunda parte, notando en exceso la ausencia de Róber, su segundo máximo artillero, al que espera recuperar para el siguiente partido en casa dentro de dos semanas ante el Barco.
Tras el disgusto del domingo, jugadores y técnicos retomaron ayer el trabajo con energías y ánimos renovados. El Arosa sigue a un solo punto del cuarto clasificado y la confianza dentro del vestuario no disminuye por un partido.
“Fue una pena, era un partido importante pero no decisivo, como dijo el míster”, comenta el portero Manu Táboas. “Íbamos con muchas ganas e ilusión, confiando en nosotros mismos, dimos la cara, no creo que hiciéramos un mal partido ante un buen equipo en su campo que sabe jugar. Nos fuimos fastiados pero hay que seguir, hacer borrón y cuenta nueva y no venirnos abajo”, explica el portero vigués, “hay que tener la cabeza alta, queda mucho”.
En el Arosa saben que pese a la distancia con los tres primeros, de 10, 9 y 8 puntos, nada está decidido. “El año pasado tuvimos rachas de estar a siete u ocho puntos y acercarnos a uno del cuarto”, recuerda Táboas, sabedor que los de arriba también fallarán.
El equipo entrenará esta semana hasta el jueves, en el que en principio disputará un partido amistoso ante un equipo de la comarca. La idea de Rafa Saéz es la de dar descanso después a los jugadores, aunque valora la opción de poner un entrenamiento voluntario el sábado. La próxima semana volverán al trabajo ya con los cinco sentidos puestos en el Barco, un partido que en principio se jugará en A Lomba. Rafa Sáez espera poder recuperar a Róber, a la espera de la evolución de Pacheco, enfermo las últimas semanas y que sigue sometido a pruebas médicas sin poder entrenar con normalidad.