El Boiro pierde en el sprint final

El Boiro pierde en el sprint final
Diario de Arousa-2015-03-09-023-fba22894

 

Un susto (el gol de Añón) funcionó como aviso y estímulo para un Cerceda que no estaba haciendo méritos para ganar un partido que finalmente sacó adelante gracias a los tantos a modo de remontada de Uxío, Martín y, ya en la prolongación, Abelenda.
Después de unos primeros minutos en los que el Cerceda impuso su categoría con posesión y llegadas, el Boiro se adaptó a la exigencia del partido y, lo más importante, encontró la manera de anular la fase ofensiva del rival. ¿Cómo? Con Rubén Márquez y Juanma Torres como piezas más avanzadas, con Añón y Suso Martínez por fuera y por dentro con un Pillado más flexible que Yuste en la presión, el equipo de Barraña atascó la salida de balón de un Cerceda obcecado en no saltarse pasos. El Boiro conseguía empujar el balón hasta Marcos Valín y, desde ahí, sin plan B, volaba hasta el centro del campo, donde Cardeñosa y Marcos no cometían errores aprovechando su ventaja en las disputas frontales.
Cada equipo tuvo una ocasión más o menos clara en el primer tiempo. Rubén Márquez (min.30) cabeceó a la red una pelota centrada por Paco pero cometió falta sobre Marcos Valín. El árbitro invalidó el tanto para desdicha del sonoro grupo de aficionados boirenses que se desplazaron hasta O Roxo. En el último minuto del primer tiempo, Uxío habilitó a Peloto en la mejor jugada del Cerceda pero el disparo del último encontró los puños de Lorenzo para desviar a córner.
En la segunda mitad, el Boiro no se conformó con neutralizar los ataques rivales sino que dio un paso más en su intento por llevarse los tres puntos. Juanma Torres no marcó en el minuto 50 porque Angeriz, providencial, lo evitó. La respuesta del Cerceda fue un disparo de Herbert, tras error de Paco, al lateral de la red. Rubén Márquez se subió al carro de oportunidades con un cabezazo que pasó (por fuera) cerca del palo.
La declaración de intenciones con la entrada de Armental por Carlos y la posterior de Padín por Juanma Torres no podía ser más directa: el Boiro iba a por el partido. Sus jugadores de ataque flotaban e intercambiaban posiciones con una facilidad pasmosa y Añón se convirtió en el puñal que lideraba los ataques. Ni en la derecha, donde empezó; ni en la izquierda, donde también probó; Añón hizo mucho daño arrancando en conducciones desde la posición de mediapunta.
Así nació el 0-1. Cabalgó por el pasillo central, abrió a la derecha para Paco -que centró raso-, los defensas locales despejaron hacia atrás y Añón, que acompañó la jugada, definió con precisión ante un indefenso Valín.
El Cerceda tenía veinte minutos por delante para tratar de remontar. Y sin el pichichi Cano, sustituido cuatro minutos antes del 0-1 por David González. El gol en contra fue un susto, un aviso, un pellizco con desenlace positivo.
Una falta lateral botada por Herbert a bastantes metros del área encontró la solitaria cabeza de Uxío, que dirigió el balón al lateral de la red (1-1).

la reacción
Las arrancadas de Añón, la claridad de Padín y la fuerza de Rubén (Armental estuvo desaparecido) seguían amenazando al Cerceda, que buscó y encontró frescura con la entrada de Martín. ¿Sería ese el cambio de los tres puntos o lo sería el incomprensible de Gabi por Añón? Y no, el jugador más peligroso del Boiro en el segundo tiempo no pidió el cambio.
El Boiro perdió a un puñal, justo lo que ganó el Cerceda. Martín ganó la espalda a los centrales visitantes y, ante la salida de Lorenzo, picó el balón para alojarlo en el fondo de las mallas.
Con el 2-1, Abelenda entró por Juan (Caridad acabó de lateral izquierdo) y puso el broche al completar una de las acciones mejor trenzadas de un Cerceda que acertó con los cambios (de jugadores y planteamiento), todo lo contrario que Boiro.

El Boiro pierde en el sprint final

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