El Mariscos Antón Cortegada sumó una sufrida victoria ayer en Sevilla por 54-57 en el pabellón San Pablo, un magnífico escenario, ante un batallador cuadro local que nunca bajó los brazos y llegó a ponerse 4 puntos arriba en el último cuarto.
El Cortegada jugó con sus dos referentes, Sara Gómez y Mercy Wanyama, mermadas. La pívot keniatada reconoció sentirse mareadas antes del partido y eso afectó a su rendimiento. Las visitantes leyeron muy bien de inicio las defensas alternativas de su rival, que alternó individual con zonas 2-3, pero pronto descubrieron que Mercy no iba a ser resolutiva en la pintura como en partidos anteriores. La entrada a pista de Andrea Ríos fue un revulsivo, también los triples de Nuria Chorén, por lo que el Cortegada se despegó en el marcador en la primera parte y se fue la descanso con diez puntos de ventaja, a pesar de que no tenía fluidez en ataque para rebotear y correr.
En la segunda parte la consigna era romper el partido definitivamente, pero pasó todo lo contrario. Las sevillanas, a base de triples aprovechándose de las dificultades de su rival para defender el bloqueo directo, le dieron un vuelco al partido. El Cortegada se vio 4 abajo ya en el último cuarto, por lo que Javi Nogueira pidió tiempo y llegó la reacción arousana, que sacó carácter con un parcial de 0-9.
Aún así no bajaron los brazos las locales, que con un triple en el tramo final volvieron a apretar el marcador, pero el Mariscos Antón Cortegada no titubeó en defensa y acertó en los tiros libres, asegurando su quinta victoria oficial de la temporada, que le permite seguir en la parte alta de la clasificación.