David Castro: “El Céltiga fue mi trampolín hacia el fútbol profesional, le guardo cariño”

David Castro: “El Céltiga fue mi trampolín hacia el fútbol profesional, le guardo cariño”
David Castro ha dado una asistencia esta temporada y lleva ya más de 2.000 minutos en sus pies | DF

El cuntiense David Castro vive uno de sus momentos más felices en Ferrol, ya que tras el ascenso del Rácing ha conseguido consolidarse en el fútbol profesional. Con buenos recuerdos y cariño hacia los clubes que lo vieron crecer, como el Céltiga, el central valora su carrera deportiva y comenta cómo se desarrolla el talento en la provincia, ya que comparte vestuario con uno de los grandes nombres de la comarca, Iker Losada.

 

¿Cómo se encuentra físicamente?
Bien, todavía un poco cansado del último partido, pero por lo demás me encuentro bien.

 

¿Cómo ve ahora mismo al equipo de cara a la permanencia? ¿Cree que está asegurada?
Creo que sobrepasados ya los 50 puntos, y con el margen que tenemos con el descenso, la permanencia está, no matemáticamente, pero casi lista. En ese sentido creo que bastante tranquilo.

 

Es su tercer año en Ferrol, ¿qué cambios ve en el equipo?
En la ciudad ya se ven cambios. Hay mucha gente con la camiseta del Rácing, en el club también hay más gente trabajando, en el estadio hubo reforma... hubo un lavado de cara, y en el equipo, con el cambio de categoría también la exigencia es mayor.

 

A nivel personal, ¿cómo ha evolucionado en el Rácing?
Para mi, ya desde que llegué, venía de un año complicado por las lesiones. Empecé a jugar con continuidad, al final, siempre lo digo, crecí junto al club, porque el año pasado conseguimos el playoff, y ahora este año en Segunda.

 

El ambiente en la ciudad es otro, se ven niños con la camiseta del Rácing.

 

¿Cuál es la etapa que recuerda más dura como jugador?
No tengo un recuerdo de haberlo pasado mal como jugador. Al final las etapas más difíciles son las que luchas por el descenso, como el segundo año en Pontevedra, y luego en Soria, cuando estás con lesiones y las cosas no van como quieres, porque estás preocupado por recuperarte y querer ayudar.

 

Por el lado contrario, ¿cuál recuerda con más cariño?
Por suerte muchas. Por ejemplo, desde que salí de juveniles, ya en el Estradense lo recuerdo con mucho cariño, lo pasé genial jugando. La etapa del Pontevedra también lo disfruté muchísimo. En Valencia, por ejemplo, era la primera vez que salía y fue muchísimo aprendizaje. Si me tengo que quedar con una me quedo con el año pasado, con el ascenso.

 

¿Cómo recuerda su etapa en el Céltiga?
Como el trampolín. Yo estaba en Preferente sin pensar en otra cosa que disfrutar y estudiar, y cuando me llamó Edu Charlín, no tuve dudas y me salió redondo. El equipo se salvó y a nivel personal, a pesar de que fue duro porque iba desde Santiago a A Illa, pero a nivel deportivo fue el trampolín hacia el fútbol profesional. Sigo teniendo contacto con algunos compañeros y muy buen recuerdo.

 

 

Desde su debut en Portonovo, ¿qué le ha enseñado el fútbol?
Me ha enseñado que esto es una noria. Hay momentos que se ve todo muy oscuro, que parece que todo va mal y no hay salida, y otros que parece que eres el mejor del mundo, que todo el mundo te alaba y demás. Si no sabes controlar esos altos y bajos es muy difícil. Hay que tener los pies en la tierra. Incluso en cosa de un mes cambia todo muy rápido.

 

¿Se ve preparado para dar el salto a primera si tuviese oportunidad?
Todo el mundo que juega al fútbol de forma profesional tiene esa ambición de dar un paso adelante siempre. Por suerte las cosas están yendo bien en Ferrol. Es un salto grande pero estamos intentando pelear por eso.

 

Este fin de semana visitan al Amorebieta, ¿cómo encara el partido?
Como uno más. Al final el Amorebieta en la primera vuelta no sacó muchos puntos pero ahora está siendo de los mejores equipos, es una oportunidad de sumar tres puntos y mantenernos cerquita de los puestos altos.

 

¿Siempre tuvo claro en qué posición quería jugar?
No. Cuando era más pequeño, incluso en fútbol base siempre jugaba en banda. En el Estradense llegué a jugar de extremo. Ahora sí que me siento asentado en esta posición.

 

El fútbol es una noria, tienes que tener los pies en la tierra porque todo cambia.

 

¿Cómo ve su futuro en el fútbol?
Estoy muy contento, después de llevar varios años peleando por llegar al fútbol profesional, conseguirlo y estar en este punto, sinceramente no pienso mucho más allá pero creo que es una oportunidad para no estancarse, y hasta lo que dé. A nivel de club creo que estamos cerquita de hacer algo grande, estoy muy ilusionado.


¿Se ha sentido valorado durante lo que lleva de carrera?
Sí, sin duda. Es cierto que al final esto es un deporte colectivo, y unas veces juegas más y otras menos. Por suerte guardo buen recuerdo de todas mis etapas. En Numancia tuve muchas lesiones y creo que, aún así, es el sitio del que más aprendizaje me he llevado.

 

El talento de la provincia

 

En los últimos años se han visto más jugadores de las categorías base en equipos como Celta o Depor. Una situación que también afecta al Rácing con el fichaje de Iker Losada.

 

¿Por qué cree que en Cuntis salen tantos talentos en el fútbol?
En los últimos años el Atlético Cuntis captó en cantera a gente de municipios cercanos. Están haciendo muy bien las cosas, todo va por rachas. Ahora equipos como Celta o Depor se fijan mucho también en las bases.

 

¿Cómo es compartir vestuario con otra de las joyas de la provincia como Iker Losada?
Diría que más que de la provincia ya. Con la edad que tiene, el talento que tiene, las ganas de crecer, es normal que todo el mundo hable de él. Es un chaval encantador, un lujo, nos está aportando muchísimo. Además es casi vecino. 

David Castro: “El Céltiga fue mi trampolín hacia el fútbol profesional, le guardo cariño”

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