El Céltiga no arroja la toalla

El Céltiga no arroja la toalla
fede, que ayer se estrenó con la camiseta del céltiga, salta a por un balón con un jugador del negreira emilio moldes

Ya empezaba a parecer una misión imposible. Muchos ya ni se acordaban en el Salvador Otero de la última vez que había ganado el Céltiga. Lo hizo el 21 de octubre ante el Bergantiños. Y tres meses y una semana después ha llegada de nuevo el ansiado triunfo. Llegó justo cuando han aterrizado los refuerzos, tan solicitados por el entrenador. Casualidad o no, lo que es cierto es que se cumplió lo que decía el técnico, que el equipo necesitaba un revulsivo, savia nueva. Esta ha llegado (ayer debutaron y ya como titulares Breogán Pereiro y Fede) y de la mano también una victoria que cambia la dinámica, que da un poco de oxígeno al equipo y que le mantiene con vida, aunque la verdad es que sigue agonizando en la UVI.

Fue una victoria que nadie esperaba en el descanso. Y es que en la primera parte el Céltiga no apareció. El Negreira dominó por completo y pudo dejar el partido muy bien encaminado. Ocasiones tuvo para ello, pero solo aprovechó una. Los de Javier Oreiro generaron mucho peligro a balón parado, aprovechando sus centímetros de ventaja, sobre todo los de Munín, jugador que pudo marcar ya en el minuto 3 con un buen cabezazo pero Vila –gran partido el suyo– lo impidió con una gran parada. En el 23 Manuti disparó rozando el larguero y también pudieron marcar Adrián, Óscar Vidal desde el mediocampo y Gonzalo. El Negreira jugaba a placer y se merecía el gol, que llegó en el 37, como no a balón parado. Córner, la defensa y el portero no aciertan a despejar y Munín solo tiene que empujarla. Un gol que hacía justicia porque el Céltiga no generó ni una sola ocasión, casi ni apareció por el área. 7 corners del Negreira por ninguno del Céltiga en la primera mitad es un dato revelador.

Y la segunda mitad comenzó igual, con una clara opción de marcar de los visitantes, con un cabezazo de Manuti pero el balón se fue desviado.

 

cambio de guión

Poco a poco el partido se fue equilibrando, aunque el guión cambió con el empate. En el minuto 64 Sombri remató a gol un buen centro raso desde la izquierda y a partir de ahí el Céltiga sí se pareció al equipo correoso, ambicioso e intenso que todos conocen. El gol le cargó las baterías a los jugadores, y también los cambios, que le dieron más verticalidad y ambición al equipo. Y a partir de ahí solo hubo un equipo en el campo. Y en el 77 selló la remontada con una contra que finalizó Jacinto con un disparo cruzado. Eso sí, máxima efectividad en el Céltiga, otra novedad importante. A lo mejor es que este partido ha sido un punto de inflexión en muchas cosas.

El Negreira aún pudo empatar ya en el descuento en una arrancada de Diego Otero, pero allí estaba Vila para dejar las cosas como estaban.

 

El Céltiga no arroja la toalla

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