Si alguien podía hacer posible lo imposible, esa es Jéssica Bouzas, la tenista vilagarciana se clasifica por primera vez para los octavos de final de Wimbledon tras vencer en tres sets a Yastremska (6-1, 2-6 y 6-3), en un partido en el que el parón por la lluvia fue clave para que la vilagarciana volviese a tomar el rumbo de un partido que en el segundo set parecía escapársele, especialmente al no dominar en el saque.
El primer juego se lo lleva Jessica a los dos minutos, dominando muy bien el saque de la rival. Además, la arousana hacía correr mucho a Yastremska, la engañaba bien y esta cometía bastantes errores que regalaban puntos a Bouzas. En el segundo juego, la arousana pareció bajar un poco su intensidad, y es que no se mostraba tan bien en el saque como en el partido ante Sofía Kenin. La ucraniana ponía a Bouzas contra las cuerdas, pero Jéssica le adivinaba sus intenciones para ponerse 4-1 arriba y encarrilar el set con un fuerte golpeo directo en el que nada pudo hacer su rival.
Lo cierto, es que Bouzas parecía comenzar a repetir los mismos errores que ante Seidel, su primera rival de Wimbledon, ya que la arousana regalaba muchos puntos con el golpeo bajo, algo de lo que estaba muy pendiente su entrenador, Robert Ortega. A pesar de sus problemas al golpear en la red, Jéssica Bouzas logró el ansiado 5-1. La vilagarciana seguía manteniendo un gran primer servicio y consiguió cerrar el primer set con un 6-1 sin a penas demasiado esfuerzo, ya que la ucraniana no aprovechó su turno de saque para mostrar su potencia.
En el segundo set, Jéssica empezó regalando una bola de break a Yastremska, la cual la ucraniana no desperdició para ponerse 0-1 arriba después de numerosos errores de Jéssica, que seguía teniendo problemas con el golpeo bajo.
Ninguna de las dos estaba teniendo su mejor día con el saque. A cuartenta iguales, la ucraniana logró la ventaja con un gran derechazo que dejó a Bouzas sin capacidad de reacción. Así, Yastremska comenzó a encarrilar el set poniéndose dos arriba ante una Jéssica Bouzas que no terminaba de encontrarse cómoda en la pista.
El tercer juego fue un regalo de la arousana, que no hizo ningún saque bien, por lo que la ucraniana no tuvo que moverse apenas para ponerse 0-3. La ansiedad comenzaba a comerse a una Jéssica Bouzas a la que no le salía nada. Cuando peor lo estaba pasando Jéssica Bouzas, el partido tuvo que suspenderse por fuertes lluvias. El partido se paró durante casi dos horas, pero esto no se cargó el ritmo de la ucraniana, que a la vuelta de la competición se llevó tres de los siguientes cuatro juegos y mandó el duelo al set definitivo.
Ahí volvió la versión fallona de Yastremska, capaz de multiplicar sus errores no forzados ante una Bouzas mucho más segura y sólida y que contaba con el apoyo de varios españoles en las pequeñas gradas de la pista 16. Ahí, ante los nervios de su gente en el banquillo, impacientes por celebrar el último punto, Bouzas tiró su raqueta y se llevó las manos a la cabeza y a a la cara, casi sin creerse que por fin está en la segunda semana de un Grand Slam y ha roto la barrera de la tercera ronda en la que se había quedado en tres ocasiones.
La próxima rival de Bouzas será la rusa Liudmila Samsonova, número 17 del mundo. De este modo, Jéssica Bouzas se pone de 50 en el ránking WTA por primera vez en segunda semana de un Gran Slam. No podía ser en otro sitio que en Wimbledon, dónde ya tocó la gloria. Asimismo, es la única española que llega a los octavos de la competición tras la caída de Bucsa en tercera ronda.