Roberto Pazos cierra el circulo. El portero cambadés, que en agosto cumplirá 43 años, disfrutará de su última temporada como futbolista en activo en el CJ Cambados, club donde empezó todo cuando era un niño. 

Fue hace tres décadas. En el equipo de su pueblo se inició en categoría alevín. Siendo juvenil de primer año debutó en Tercera División con el primer equipo. Desde entonces Burgáns no ha vuelto a categoría nacional. “Cuando eres un chaval son los momentos que más disfrutas del fútbol. Fui realmente feliz en el Cambados”, recueda el guardameta, contento por volver a casa para colgar las botas. “Va a ser mi último año. Daniel Fol llevaba dos años llamándome para fichar aquí, pero estaba bien en Ribadumia, hasta esta última temporada en la que perdí protagonismo y veía que se acaba todo. Por eso necesitaba venir al CJ Cambados para recobrar la ilusión y cerrar el círculo”.

Pazos, cuyos tíos Quin y Javier también defendieron la camiseta amarilla, ha tenido una carrera deportiva larga y brillante. Quizá le faltó algo de fortuna en momentos claves para afianzarse en el fútbol profesional. Militó en el Compostela, Lugo, Céltiga, Arosa, Villalonga, Boiro, Portonovo y Ribadumia. Esta temporada no fue fácil debido a una lesión, ya que SE fracturó el quinto metacarpiano de una mano. “No hay un secreto para seguir jugando con mi edad. Sólo enfocarse temporada a temporada, intentar no lesionarse y cuidarse bastante”.

Roberto Pazos llega a un proyecto “que mantiene la unión en el vestuario, algo que tiró mucho para fichar”, y con la idea de “lograr el objetivo de la salvación y lo que venga después”. El cambadés dejará de ser entrenador de porteros en el Arosa por incompatibilidad de horarios con su trabajo, por lo que pasará a entrenar a varios guardametas de la cantera del CJ Cambados, trasmitiendo la pasión por el fútbol que le permite seguir en activo y disfrutar de un último año compitiendo para el club donde dio sus primeros pasos.