Gallardón dimite y abandona la política tras la retirada de la reforma de la ley del aborto

Gallardón dimite y abandona la política tras la retirada de la reforma de la  ley del aborto

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, presentó ayer su dimisión y anunció que deja su escaño en el Parlamento y abandona la política, tras confirmar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la retirada de la reforma de la ley del aborto.

“Yo no soy en estos momentos la persona para poder llevar adelante la nueva forma de regulación del aborto anunciada por el presidente del Gobierno”, argumentó Gallardón, que precisó que no se siente desautorizado, sino que no ha sido “capaz de cumplir con el encargo”.

El ministro compareció unas horas después de que el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, justificara la decisión (que calificó como la “más sensata”) de retirar la reforma por falta de consenso en torno a la propuesta de modificación legislativa promovida por Gallardón.

consentimiento paterno

No obstante, se mantendrá el cambio anunciado de obligar al consentimiento paterno para las menores de 18 años que quieran abortar, según precisó Rajoy, que matizó que el Ejecutivo seguirá “trabajando por la cohesión” para evitar presentar una nueva ley “que cuando llegue otro gobierno la cambie”.

“Estamos ante un tema que afecta a convicciones profundas de todos los ciudadanos, y es un tema que hay que tomárselo, y yo desde luego me lo tomo, muy en serio”, argumentó el presidente del Gobierno al incidir en que es un asunto que genera división.

Rajoy señaló que su posición es bien conocida porque fue el PP el que presentó un recurso en el Tribunal Constitucional contra la reforma del Ejecutivo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2010.

El Gobierno, dijo el jefe del Ejecutivo, presentará antes de fin de año un Plan de Apoyo a la Familia y luego seguirá estudiando fórmulas “para conseguir una mayor aceptación en la reforma”.

dos supuestos

El anteproyecto, que el Consejo de Ministros había aprobado el 20 de diciembre de 2013, limitaba a dos los supuestos para abortar legalmente, que la anomalía del feto o el embrión debería causar un daño psíquico o físico a la mujer, que tendría que quedar probado en un informe médico, o en caso de violación, para lo que habría que aportar la denuncia y el aborto se podría realizar hasta la semana 12 de gestación.

Así, se eliminaba el caso referido a las malformaciones del feto, salvo que se demostrasen anomalías incompatibles con la vida del no nacido y un riesgo psíquico o físico de la madre. “No he tenido la capacidad de convertir el anteproyecto de ley en un proyecto”, reconoció Gallardón en la rueda de prensa convocada para anunciar la dimisión.

También explicó que Rajoy le comunicó el viernes pasado que se iba a retirar la reforma.

Ese es el momento, precisó, en el que tuvo “la certeza y la comunicación oficial de que (la reforma) no saldría adelante”.

sin rencores

Alberto Ruiz-Gallardón comenzó con agradecimientos por “todos estos años al frente del Ministerio de Justicia”. Se va, pero sin rencores y sin echar la vista atrás.

El escaso margen con el que el Ministerio convocó a la prensa no fue motivo para que la comparecencia no fuera multitudinaria. La noticia estaba cantada. La presencia de todo su equipo y de su hijo mayor eran los signos evidentes de la dimisión. Ya no había quinielas.

Pasadas las cinco y media de la tarde, el todavía ministro hacía su entrada en la sala de prensa del Palacio de Parcent. Gallardón anticipaba lo que iba a significar su comparecencia: “Creo que vamos a tener tiempo de verdad para los gráficos”.

“Me voy en deuda que espero poder saldar a partir de ahora con mi familia porque esta era una tarea que tenía que superar cualquier egoísmo colectivo o familiar”, dijo mientras miraba a su hijo. Fue el momento más emotivo, en el que la voz se le quebró.

En ese momento la noticia era triple. Dimitía como ministro, dejaba el Comité Ejecutivo del PP y abandonaba la política de una forma, por cierto, ‘políticamente muy correcta’, con gestos de agradecimiento para todos los que le han acompañado en su carrera, pero especialmente para Mariano Rajoy.

Zanjaba de esta forma cualquier tipo de polémica hacia el presidente del Gobierno. No dio carne a los periodistas en esta materia, se podría buscar por otro lado, pero no en su relación con Rajoy. “Mi lealtad hacia el presidente del Gobierno es y será absoluta”, destacó. Pero no acabó ahí la lista de elogios. Acto seguido agradeció al líder del Ejecutivo por “su confianza, apoyo permanente, cercanía y complicidad personal”, dijo, “incluso en los momentos en que hubo diferencias”.

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