Los estudiantes, señalados como los culpables de la segunda ola de la pandemia

Los estudiantes, señalados como los culpables de la segunda ola de la pandemia
Un estudiante se realiza un test de coronavirus en Santiago de Compostela | efe

Los contagios y los casos activos del Covid-19 continúan subiendo en Compostela, una ciudad en la que los jóvenes están siendo especialmente señalados como “propagadores” del virus, algo que desde su Universidad se niegan en rotundo a aceptar al aludir al “buen comportamiento” de los estudiantes. 

En la capital gallega, según la Consellería de Sanidad, los contagios no paran de subir y la cifra total actual de casos activos es 891, lo que ha llevado a la Xunta a endurecer las medidas de restricción y a prohibir las reuniones de personas no convivientes, con el objetivo de tratar de frenar el avance de la pandemia. 

Desde el comienzo de esta nueva ola y, sobre todo, con el inicio del curso universitario, en Santiago, donde hay 25.000 alumnos matriculados, se ha puesto el foco en los miembros de esa comunidad educativa como posibles vectores de transmisión, debido a las reuniones privadas en pisos. 

Fiestas universitarias
Cierto es que desde que arrancó el curso universitario en la USC, el pasado 21 de septiembre, se han registrado varias denuncias por “fiestas” en apartamentos. Solo el primer jueves de aquella semana, la Policía Local intervino un total de 28 reuniones de esta índole y tuvo que desalojar incluso un establecimiento donde había más de 70 chicos. 

Según indicó el alcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, que expresó en varias ocasiones a la prensa su “preocupación” ante estos hechos, se produjeron más de un centenar de denuncias durante el mes de octubre y, en concreto, 23 la semana pasada, entre el jueves y el sábado. 

Esta situación llevó al gobierno local de Santiago a endurecer las sanciones a través de una ordenanza municipal, de manera que las multas pasaron de ser de 200 euros a establecerse tres tramos, en función de los horarios en los que se detecten las concentraciones, con cuantías oscilantes que van desde los 200 hasta los 750 euros. 

Desde la USC se resisten, no obstante, a aceptar el relato de que son los jóvenes los que están propagando el agente infeccioso y aluden a los datos y al hecho probado de que en la primera semana de curso únicamente se detectaron catorce positivos informados por las autoridades sanitarias en este ámbito. 

Más fácil culparlos
Uno de esos estudiantes es Xan Lois Alcayde, alumno de la facultad de Ciencias de la Comunicación, que apela a la “responsabilidad individual y colectiva” tanto de sus compañeros de todas las facultades como de otros colectivos. 

“Estamos comprobando que el alumnado está cumpliendo a rajatabla las medidas sanitarias, está siendo un ejemplo; y particularmente aquí en Santiago de Compostela, donde, insisto, los casos son mínimos”, asegura en una conversación.

Alcayde opina que los contagios no se están concentrando en los estudiantes y que es “muy fácil” por parte de la administración “echar la culpa a colectivos a los que les cuesta más defenderse, como puede ser el colectivo estudiantil”. 

“Es muy fácil concentrarlo todo en los estudiantes porque, claro, como somos jóvenes y alocados pues nos dedicamos a la fiesta solo. Pero estamos en una facultad en la que la gente mantiene las distancias y viene a estudiar”, argumenta este estudiante sobre las acusaciones vertidas por las autoridades de la ciudad.

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