El ribeirense que se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la sección compostelana de la Audiencia de A Coruña para responder de un delito de tráfico de drogas, por el que la Fiscalía le pedía cinco años y medio de cárcel y una multa de 26.960 euros, aceptó ser condenado a tres años de prisión, tras aplicársele la atenuante de drogadicción, y el abono de la referida multa. Ese fue el resultado de la conformidad alcanzada entre su abogado y el fiscal, con el reconocimiento de la autoría de los hechos que se le imputaban, y en el que se contempla la suspensión de la pena por un periodo de 5 años, con la condición de que en ese tiempo no reincida en la actividad delictiva, y que siga un tratamiento de deshabituación en el consumo de estupefacientes.
El Ministerio Público sostuvo que los hechos que le atribuyó al ahora condenado ocurrieron el 2 de agosto de 2019 cuando vendía hachís cerca de su narcopiso en Ribeira, y que la venta de drogas era su actividad habitual. Indicó que en aquel le llegó a ofrecer esa sustancia a un policía de paisano que lo vigilaba y que lo detuvo. En el registro domiciliario con autorización judicial que se practicó se le incautaron 190,06 gramos de cocaína con purezas entre 51,31% y 85,41%, valorados en 17.189 euros; 88,97 gramos de heroína con riquezas entre 45,36% y 46,01% y valorados en 7.857 euros; 294,01 gramos de resina de cannabis valorados en 1.672 euros y 4,47 gramos de mezcla de cocaína -pureza del 18,54%- y heroína -pureza del 3,8%- valorados en 114 euros. Y se intervinieron útiles relacionados con el tráfico de drogas, como dos libretas con anotaciones, nombres y cantidades, 6.819 euros, 8 terminales de telefonía móvil, una lámpara de gran potencia para cultivo de sustancias, una pesa y una báscula digital de precisión.