Adega advierte que la gripe aviar causó que la cifra de mascatos se redujo en Ribeira hasta 10 veces

A mediados de mes, la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia (Adega) hizo pública su sospecha sobre la existencia de un brote de botulismo que estaba afectando a aves acuáticas en la parroquia ribeirense de Palmeira, principalmente gaviotas. Entonces, también informó de la aparición en Insuela de un mascato enfermo, pero que en este caso podría estar afectado por gripe aviar. Con respecto a esta última enfermedad y esa especie animal, ahora difunde que hay colonias en las que la afección está siendo “terrible”, y el número de mascatos y págalos grandes se ha visto reducido en agosto y septiembre hasta en diez veces en Ribeira.

Adega indicó que grupos de observadores de aves han hecho saber de un decrecimiento del número de mascatos y de otras aves marinas, que fueron avistados en su ruta migratoria que, partiendo del norte de Europa, discurre frente a las costas gallegas, desde Estaca de Bares. Ramsés Pérez, miembro de Adega, detalló que se pudieron encontrar ejemplares adultos o inmaduros muertos o con síntomas de estar infectados, “como que, debido ao edema da cornea que produce a infección, que queda negra, os ollos viran a negro, como fase previa á queratite e cegueira nas aves”. Y añade que hubo “máis achados en otras partes de Galicia y teme que sólo sean la punta del iceberg de una mortalidad severa.

Ramsés afirma que estos datos, junto con casos de gripe aviar detectados por la Xunta en las playas de Raeiro (O Grove) y Razo (Carballo) y en el puerto de Cabanas (Muros) y la alerta de Gran Bretaña sobre la propagación de esta enfermedad desde el invierno pasado en varias colonias -ahora migran al sur-, “ponnos diante dun gromo de gripe aviar que podería non ter precedentes e acabar matando milleiros de aves silvestres en Galicia e en toda Europa, e afectando tamén ás aves domésticas”. Por ello, afirma que la situación es lo suficientemente grave como para que la Xunta adopte medidas para frenar su proliferación, que informe del alcance del riesgo de la misma, realice una campaña informativa sobre lo que hacer y lo que no si se encuentra una ave acuática sospechosa de estar infectada, que aplique un protocolo de respuesta urgente y segura que incluya vigilancia coordinada de aves y la retirada segura de las muertas e infectadas, entre otras acciones.

Adega agrega que la transmisibilidad a personas es muy baja y los casos detectados fueron excepcionales, en personas que tuvieron un estrecho contacto o convivencia con aves infectadas. “Porén, o contaxio, entre aves silvestres e doméstica adopta ser elevado, tanto por contacto directo como indirecto”, precisó.