Aparecen rayados unos 40 coches en el parking de Agustín Fernández Oujo y en Rúa Cordieiro, en Ribeira

Unos 40 coches que estaban estacionados en el parking disuasorio de Agustín Fernández Oujo y en la Rúa Cordieiro, en pleno centro de Ribeira, aparecieron rayados con un objeto punzante, e incluso uno de ellos con los dos espejos retrovisores arrancados. Aunque la mayoría de sus propietarios se enteraron esta mañana de lo que había pasado, hubo algún otro que tuvo conocimiento de todo ello cuando fue a recogerlo su vehículo antes de las cuatro de la madrugada. Fue entonces cuando llamó a las fuerzas de seguridad para informar de lo ocurrido y en el lugar se presentaron patrullas de las Policía Local y Nacional, que ya ha abierto una investigación para tratar de esclarecer este suceso que ha generado un enorme malestar e indignación en la zona. 

De hecho, algunos de los dueños que se enteraron esta mañana de que sus automóviles habían sufrido daños tanto en las puertas, incluida la del maletero, como en la capota delantera y en el techo y en los cristales, contactaron con los agentes municipales, que acudieron de inmediato al lugar y estuvieron explicándoles que ya habían acudido sus compañeros de madrugada y que se había abierto una investigación para tratar de determinar la autoría de todos esos daños. Se les está informando a los perjudicados para que acudan a las dependencias de la comisaría de la capital barbanzana para que presenten la correspondiente denuncia por los desperfectos que se les causaron a sus coches.

Los afectados les indicaron que tenían muy claro con que tiene relación lo ocurrido y apuntaron hacia la existencia de varios puntos negros de venta de droga en ese entorno, especialmente una vivienda de la Rúa Cordieiro, que fue tapiada con ladrillos y que está muy cercana a la zona donde aparecieron los coches con daños y del que indicaron que es un punto de conflictividad, apuntando que es incluso peor que el edificio okupa de la Rúa Xosé Ramón Fernández Barreiro, en el barrio de Abesadas. De hecho, apuntan que en ese inmueble cercano al parking disuasorio de Agustín Fernández Oujo también hay okupas, pero otras fuentes apuntaron que alguno de los inquilinos tiene permiso para entrar y vivir en esa casa.