Un Seat León de color blanco acabó empotrado ayer contra la barandilla del paseo marítimo de Castiñeiras, a la altura de la playa de dicha parroquia ribeirense. Ocurrió en torno a las nueve y cuarto de la mañana cuando su conductor, de 65 años, encendió el motor de su coche que estaba aparcado en las inmediaciones y, nada más poner la primera marcha y pisar el acelerador, el coche salió disparado.
En su camino, ese automóvil desplazó un banco allí emplazado y al que dañó en una parte de la zona de asiento, y seguidamente impactó contra la referida valla protectora, pero no la derribó, aunque si la desencajó. Fue el piloto accidentado el que avisó a la Policía Local de Ribeira, que se desplazó al lugar para interesarse por lo sucedido y le hizo las pruebas de alcohol y drogas, en las que dio negativo.
El suceso causó gran expectación en esa zona y fueron muchos curiosos los que se acercaron apra interesarse por lo ocurrido. Pese a lo aparatoso del accidente y al hecho de que el vehículo quedase empotrado en la barandilla, varios testigos apuntaron que no había riesgo de que el Seat León acabase por derribar por completo la barandilla y se precipitase desde varios metros de altura hasta caer en el arenal.