La concesionaria de la explotación del Faro de Corrubedo obtiene la licencia de obra tres años después de solicitarla

La concesionaria de la explotación del Faro de Corrubedo obtiene la licencia de obra tres años después de solicitarla
Anxo Rodríguez sostiene que el Faro de Corrubedo es un emplazamiento mágico | Chechu Río

“Agora desexo que veña outro e nos colla o testigo, e ogallá poidamos ver en breve o meu gran proxecto no Faro de Corrubedo brilar con todo o esplendor que merece”. Con estas palabras de optimismo y esperanza, pero que también esconden otros de agotamiento y de pesar por no poder llevar adelante su sueño, se expresa Anxo Rodríguez, gerente de Rianxo Xestións de Empresas SL, a la que la Autoridad Portuaria de Vilagarcía le adjudicó el 3 de diciembre de 2018 la explotación turística del Faro de Corrubedo y las cuatro edificaciones anexas para desarrollar actividades de alojamiento y de restauración. Y lo hace dos semanas después de que el Ayuntamiento de Ribeira aprobó la licencia de obra para habilitar esos inmuebles como establecimiento hostelero y restaurante, entre otros usos turísticos, pero la sensación que le queda "é máis bien agridoce" . Ahora, este empresario abrió negociaciones con otras entidades mercantiles o grupos de inversión para venderles la concesión y los derechos de explotación y puedan sacar adelante “este proxecto viable nun emprazamento máxico”, precisó antes de decir que "a miña paciencia neste asunto xa tocou fin".


Sin embargo, esta autorización le llega con una demora de tres años, después de que hubiera presentado su primera solicitud de licencia de obra en octubre de 2019. El propio Anxo Rodríguez indica que las administraciones públicas han tardado tres años en resolver un expediente que no debiera tener problemas. De hecho, asegura que obtuvieron la gran mayoría de los informes sectoriales sin mucha dilación, como de Medio Ambiente y de Patrimonio. Pero, asegura que uno de los primeros contratiempos lo tuvieron en Augas de Galicia ya que su proyecto contemplaba una depuradora para tratar las aguas residuales del complejo hotelero turístico que luego se verterían al mar. Ante el riesgo de una más que posible importante demora de 4 a 10 años para concederles el permiso para verter las fecales, y como Rianxo Xestións de Empresas no disponía de ese tiempo, optó por modificar el proyecto, para instalar un bombeo y un colector de un kilómetros para conectarlas a la red general de saneamiento, con informe favorable de Viaqua, concesionaria de ese servicio municipal.


Cerca de 300.000 euros invertidos

Para abrir en la zona de servidumbre de la carretera la zanja en la que enterrar esa conducción le pidieron permiso a la Axencia Galega de Infraetruturas (AXI) y, Anxo Rodríguez asegura que “todo foi bastante rápido e nos notificaron indicando que nos autorizaba a abrir a zanxa na marxe dereita da estrada”. Sin embargo, de la noche a la mañana, y cuando disponían de un permiso de actuaciones previas para ir realizado unas obras de demolición de placas, tabiques, forjados y todo lo que estaba deteriorado por humedades y el paso del tiempo -el faro se construyó en 1852-, y ya tenían impermeabilizados todos los edificios, con una inversión cercana a 300.000 euros, lo que suponía cerca del 25% del presupuesto de la obra, desde la AXI les enviaron una notificación en la que “dicíanos que era a primeira vez que tiña constancia de que se ía abrir un hotel e restaurante alí e que había unha incompatibilidade entre os camións que fan o xiro na explanada situada diante do faro e a nosa actividade”.


Anxo Rodríguez manifestó que “foi un argumento peregrino e bananeiro que o único que fixo foi enquistar o expediente. AXI nos facía responsables de que os camións non puideran dar a volta e nos pedía que, para desatascar o expediente, tiñamos que facer unha rotonda. Pero eu só era concesionario da actividade turística das cinco edificacións pero non da explanada diante do faro, nin das súas inmediacións”. Agregó que “así nos tivo case tres anos, e ao final se fixo a glorieta misteriosa, da que ninguén asume a súa autoría, nin o arquitecto ou proxectista que a levou a cabo, nin dixeron canto custou, pois a quen recoñeza o feito de facela estaría asumindo a responsabilidade que no seu día derivaron en nós, e sería responsable da paralización inxusta deste expediente”. 


“Quero desvincularme e zanxar as débedas”

La decisión de vender y no seguir adelante con la obra se produce "tras moitas trabas administrativas, algunhas incluso inverosimiles, e coa consecución da licenza pondrei punto e final a este periplo". Su decisión responde al “prexuízo económico que nos causaron as administracións públicas, con todos estes retrasos, algúns deles sen explicación”. Rodríguez agregó que ello motivó que todos estos años tuvieran que seguir desembolsando las cuotas de amortización de préstamos y pagar las tasas portuaria. “Eso foi descapitalizando pouco a pouco á empresa e agora non somos capaces de acometer a obra completa. Quero desvincularme de todo esto, vender para zanxar as débedas pendentes e que o atenda e disfrute outro”, concluyó Anxo Rodríguez.

La concesionaria de la explotación del Faro de Corrubedo obtiene la licencia de obra tres años después de solicitarla

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