El marroquí herido de bala y con un arma blanca en Ribeira niega que él hubiera tocado el cuchillo

Durante aproximadamente tres cuartos de hora se prolongó la declaración en sede judicial ribeirense del marroquí B.F., de 27 años, que resultó herido de gravedad en una agresión registrada a las tres y cuarto de la madrugada del pasado 21 de mayo en la Rúa Diego Delicado, del casco urbano de la capital barbanzana, tras recibir el disparo de una bala que le entró por el hemitórax izquierdo, que le perforó el pulmón de ese lado y se depositó en el hígado, y cuatro cuchilladas en la espalda. De lo ocurrido en la sala de vistas ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3, la fiscal y los abogados de las partes implicadas han trascendido muy pocos, pues la víctima no quiso hacer declaraciones a los medios ni exponerse a ellos pues teme por su vida.

De todos modos, se ha sabido que en una de sus respuesta negó rotundamente que hubiera tocado en algún momento el cuchillo con el que uno de los agresores, el dominicano Eudis Francisco A.M., de 20 años, presuntamente le causó cuatro heridas incisas en la espalda. De hecho, recordó que se había interpuesto entre ese agresor y la pareja de un conocido para que no le causase daños y que fue entonces cuando le acabó por clavar el cuchillo por la espalda, y que su reacción fue la de ponerse encima de sus piernas para que siguiera apuñalándole, y fue entonces cuando recibió el disparo por parte del también dominicano Edison R., de 32 años.

Sobre el origen de una primera pelea, que tuvo lugar en el Malecón, indicó que estaba junto a un amigo viendo la actuación de una orquesta cuando escuchó a unos metros de distancias de él que había follón en el que estaban un conocido y su mujer, a los que les había molestado que otro individuo, que al parecer era el citado Edison R., les estaba grabando con el teléfono móvil -el dominicano declaró en su día que lo que estaba haciendo era un directo de la orquesta-, y que se metió entre ellos a separarlos y lo logró, marchándose a continuación del lugar a dar una vuelta. Minutos después se encontró en la Rúa Diego Delicado con el citado conocido, que había ido a su casa a cambiarse la camiseta que se le había roto en la reyerta, y que, al preguntarle por lo que había pasado antes, fue cuando llegaron los agresores con un cuchillo de gran tamaño y una pistola, que el joven marroquí creyó que no era un arma de fuego de verdad.