Un pasaje del terror para quedar “asados” de miedo

Un pasaje del terror para quedar “asados” de miedo
La taberna mejicana, con culto a los muertos, fue una de las novedades de este año

En estas fechas en las que, según la tradición de ascendencia celta del Samaín, los muertos regresan al mundo de los vivos, en el colegio Ana María Diéguez, de la parroquia rianxeira de Asados, han decidido celebrarlo a última hora de la tarde de este viernes, que era la última lectiva con un montaje del pasaje del terror. Para los organizadores fue una más de la actividades del Samaín, pero la respuesta de la gente, tanto del centro educativo como del resto de la localidad, pues estaba abierta a todos, hizo que se convirtiera en la más destacada. Fue la segunda vez que se hizo, después de que en el curso pasado se decidiera hacer para aliviar la sequía de actividades y de contacto social con la que les habían castigado los protocolos Covid-19.


Durante los días previos a esta ancestral celebración, los profesores estuvieron trabajando en las aulas con los alumnos sobre esa temática, difundiendo cuáles fueron su orígenes, su significado, la relación con otras celebraciones, su particular semántica... Y, en la tarde del viernes, en un tiempo casi record, el profesorado, con la colaboración de la ANPA “Fonte da Revolta”, ambientó el colegio como un pasaje del terror, en el que se sucedieron episodios inspirados en escenas de miedo, relacionadas en su mayoría con el Samaín y el culto a los muertos. También se ofreció una perspectiva desde la que se viven estas fiestas en otras culturas y sociedades distintas a la de aquí, y siempre intentando establecer la difícil relación entre miedo y humor que tanto agradecen los más pequeños.


En esta ocasión, contaron con la novedad de una taberna mexicana con el culto a los muertos, así como la niña del exorcista, y volvieron los cementerios, obituarios, santuarios y otras escenas en las que los 13 profesores encarnaron variopintos personajes, y todo ello envolvió al público en una atmósfera de puro terror durante un par de horas. No faltaron las calabazas naturales iluminadas con velas encendidas para ahuyentar a los malos espíritus. Y destacó que cerca del 90% de los materiales usados en este pasaje del terror fueron de reciclaje.


Si la primera edición ya había resultado todo un éxito de público, en esta ocasión no lo fue menos, pues al ser una actividad abierta a toda la población, junto al alumnado, familias, exalumnos y vecinos, se pudo constatar esta vez que personas sin relación directa con el centro educativo de Asados se habían acercado a presenciar ese espectáculo terrorífico. Sin duda, el reto para próximas ediciones será mantener el nivel del montaje escénico y seguir contando con el interés y participación de la comunidad educativa del Ana María Diéguez.


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Un pasaje del terror para quedar “asados” de miedo

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