La ropa hallada junto al esqueleto en Cabío se corresponde con la que vestía un vecino al desaparecer en 2008

La ropa hallada junto al esqueleto en Cabío se corresponde con la que vestía un vecino al desaparecer en 2008
El esqueleto y las prendas fueron encontrados en esta superficie situada junto un árbol y que, tras su recogida, se podía percibir que fue removido | Chechu Río

Varias prendas de ropa, como una chaqueta marrón y un pantalón gris, así como un cinturón, el calzado y una visera, que a primera hora de la tarde del lunes fueron halladas junto a un esqueleto en una zona de monte de Cabío, en la parroquia pobrense de O Maño, se corresponden con las que vestía Antonio González Santos, un vecino del lugar que tenía 88 años cuando desapareció el 16 de enero de 2008 y al que se estuvo buscando varios días de manera infructuosa. De hecho, las primeras sospechas que se tuvieron nada más tenerse conocimiento del hallazgo de los huesos en ese sitio concreto ya apuntaron hacia esa persona, de la que se desconocía su paradero desde hace casi tres lustros pues desapareció por esa zona y su vivienda no está demasiado alejado de allí.


Aunque por el momento no han trascendido demasiados detalles sobre este hallazgo, informaciones a las que tuvo acceso este periódico indican que fue un hombre de unos 55 años el que paseaba con su perro por ese sitio y dio la voz de alarma después de que el can desenterrase y sujetase con sus dientes un hueso, para luego comprobar que en ese sitio había más restos cadavéricos que aparentaban humanos y que estaban parcialmente ocultos por la tierra y pequeña vegetación. Según indicó un testigo, hasta el lugar del hallazgo se desplazaron efectivos de la Guardia Civil de Boiro y de la unidad de Criminalística de la Benemérita Noia, además de la Policía Local, el médico forense José Manuel Blanco Pampín y la empresa Pompas Fúnebres del Noroeste, que trasladó los restos mortales a unas instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) en la comarca de Santiago de Compostela, aunque diversas fuentes apuntaron la posibilidad de que también se pretendan llevar esos restos cadavéricos a Madrid para efectuar un estudio exhaustivo.


La comitiva funeraria pudo recoger un craneo y el resto de los huesos que formaban el esqueleto de la persona fallecida, que fueron introducidos en bolsas, al igual que las referidas prendas que había junto a los restos cadavéricos. El levantamiento del cadáver tuvo lugar en torno a las cinco y media de la tarde del día 31, según indicaron algunas personas que pudieron seguir lo ocurrido desde cierta distancia para no entorpecer los trabajos de profesionales que intervinieron en el operativo. Ese esqueleto encontrado en un monte de Cabío fue llevado a dependencias del Imelga en la comarca compostelana, en donde será sometido a pruebas, como de ADN, que permitan confirmar la identidad de la persona a la que corresponden esos huesos y determinar si realmente se trata de Antonio González, así como las causas de su muerte, entre otras. Algunas fuentes apuntaron que los resultados de los análisis se podrían demorar más de medio año.


En el entorno del lugar donde aparecieron esos huesos humanos, varios residentes que tuvieron conocimiento del hallazgo estaban prácticamente convencidos de que pertenecen a su vecino Antonio González, al que se le perdió de vista en la tarde del 16 de enero de 2008, después de verlo paseando por una zona próxima a su domicilio de Cabío, algo que frecuentaba hacer a diario. Horas después se puso en marcha un amplio dispositivo de búsqueda integrado por vecinos del lugar y por integrantes de las fuerzas de seguridad y equipos de emergencias, que estuvieron peinando los alrededores del domicilio del octogenario, así como la parte del monte y las inmediaciones de la playa de A Lombiña. Sus vecinos recordaron que Antonio caminaba a paso lento, pero que, pese a su edad algo avanzada, estaba en buena forma física y conservaba intactas sus facultades mentalesIMG20221101130920

La ropa hallada junto al esqueleto en Cabío se corresponde con la que vestía un vecino al desaparecer en 2008

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