El hallazgo a primera hora de la tarde del jueves por parte de la técnica municipal de Medio Ambiente y del responsable de la agrupación de Protección Civil de una mancha enorme y enterrada entre la arena de la playa de A Ribeiriña, que parece de restos de fuel oil o de aceites lubricantes usados, provocó un giro importante en las investigaciones sobre el vertido de hidrocarburos detectado en la tarde del pasado 5 de enero. Después de que desde un primer momento todas las miradas y dedos acusadores se dirigían hacia las naves en estado ruinoso y de abandono de la empresa Harinas del Atlántico SA (Hadasa), y sin que haya de estar en el disparadero, las pesquisas apuntan a una procedencia de la zona donde estaba antes la fábrica de La Onza de Oro y cuya regeneración remató hace un año y medio, y en la que se retranquearon 40 metros hasta una zona en la que no llegaba el mar mientras funcionó la fábrica.
Personal del Servizo de Gardacostas de Galicia recogió muestras de esa mancha que ahora serán analizadas y que podrían permitir conocer el origen del vertido que desde hace una semana trae de cabeza a los técnicos de diferentes departamentos locales, autonómicos y nacionales. Por su parte, el concejal pobrense de Medio Ambiente, Xosé Lois Piñeiro, recordó que cuando se retiraron los restos de la fábrica de La Onza de Oro aparecieron unos depósitos enterrados y que hubo un vertido de uno de ellos al romper, por lo que fue necesario retirar una gran cantidad de sedimentos contaminados con hidrocarburos y que se colocó una lámina textil impermeable para “impedir que volveran a xurdir os posibles restos que quedasen, porque en principio se retirou todo o que se veía a simple vista”. El edil declaró “que agora poda ter relación coa fábrica que foi Hadasa pode ser, pois aí hai depósitos con restos de fuel e de gasóleo que puideran estar rotos e filtrando, pero se fixeron probas cun tinte trazador en varios puntos para saber a súa orixe e non o damos atopado”. Ayer estuvieron Protección Civil, Seprona, Gardacostas y la técnica municipal de Medio Ambiente inspeccionando los depósitos de Hadasa, que están casi vacíos y no detectaron indicios de posibles filtraciones.
Pese a ello, no se descarta que el vertido también esté relacionado con las naves abandonadas de Hadasa, pues desde alguno de los equipos desplegados en la zona se indicó que en los colectores de esa antigua fábrica se detectó gasóleo. Sin embargo, por el momento no se ha podido encontrar la fuente del mismo, ya que el marcador que se aplicó en diferentes puntos de esa fábrica no han salido al exterior, por lo que las primeras conclusiones apuntan a que no hay filtración hacia el exterior, salvo que haya contactado con algo que lo anule. Por eso, por ahora se desconoce si ese gasóleo ya estaba allí antes o fue fruto de un posible sabotaje de alguien que lo echó intencionadamente en el sistema de tuberías o, incluso, directamente al mar, por lo que señalan que se está investigando ese asunto por parte de técnicos de Augas de Galicia y de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade, que continúan realizando una evaluación in situ sobre el terreno de A Ribeiriña.
Mientras tanto, en la mañana de ayer se registró un nuevo episodio de contaminación de las aguas marinas en la costa de A Ribeiriña, aunque de un tamaño inferior al de este pasado miércoles, en el que el derrame se extendió por una amplia superficie. Ese vertido se encargaron de su dispersión por medios mecánicos, con sistema de propulsión, las lanchas auxiliares de los buques “Sebastián de Ocampo” y “Mar de Galicia”, que además desplegaron una nueva y más larga -de 65 metros- barrera anticontaminación absorbente con faldón, para evitar que se escape algo. Esto último se debió a que las dos que se instalaron el miércoles por la tarde para limitar su expansión, acabaron siendo arrastradas por las corrientes durante la noche. Además, la empresa Tragsa, que ejecutó las obras de regeneración del terreno de la antigua fábrica de La Onza de Oro, llevó a cabo en la tarde de ayer el sellado con mortero tixotrópico de las juntas de las piedras del muro de contención por si acaso el vertido contaminante también pudiera salir por las grietas.
El Servizo de Gardacostas de Galicia tiene desplegado actualmente en la zona al remolcador “Sebastián de Ocampo”, con sus dos lanchas auxiliares, que se encuentra amarrado al muelle comercial pobrense, se desplazó desde su base cargado con un amplio equipamiento anticontaminación, como son más de 150 metros de barrera absorbente con faldón, que se suman a la ya desplegada, según las indicaciones facilitadas por el Intecmar, y de la que se ha podido comprobar su eficacia, pues se está ennegreciendo, lo que demuestra que recoge el vertido. También cuentan con churros absorbentes que recogen la contaminación en un sitio concreto, como un puerto.
Por su parte, la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Sostibilidade, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático, remitió dos documentos para reclamar información a la Demarcación de Costas del Estado y al Ayuntamiento de A Pobra en relación al vertido que se detectó el pasado sábado, 5 de enero, en A Ribeiriña, en el entorno de la extinta fábrica de Harinas del Atlántico SA (Hadasa), que se encuentra en estado de abandono desde un par de décadas, y que obligó a activar a las diez de la mañana del día siguiente el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Mariña Accidental de Galicia (Camgal) en fase de alerta.
Desde la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático, indicaron que se solicitó al Gobierno local información sobre la titularidad de las instalaciones y de los terrenos que su momento pertenecían a la fábrica que elaboraba harinas de pescado. Además, demandó la remisión por parte de la Dirección General de la Costa y el Mar, perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la documentación existente sobre el proyecto de obra y recuperación del litoral que fue promovida por ese departamento hace un par de años. El Ejecutivo gallego explicó que se analizan muestras recogidas en la zona donde se detectó el episodio de contaminación, y al que sucedieron otros de mayor o menor envergadura. Y técnicos del servicio e inspección ambiental de Augas de Galicia acudieron al punto para revisar las antiguas instalaciones e intentar identificar el origen del vertido.
Además, la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, afirmó esta semana que se ve “algo raro” en el vertido, unas manifestaciones que podrían estar relacionadas con lo apuntado por algunos técnicos desplazados hasta a Ribeiriña y que apuntan a la posibilidad de un sabotaje, tal y como apuntan algunos indicios hallados en ese lugar. Esa responsable autonómica agregó que se está avanzando en la investigación sobre lo sucedido, y subrayó que “non se pode permitir que haxa contaminación nas rías”. Vázquez Mejuto afirmó que “por ese tubo está saindo... pos non sabemos moi bien se gasóleo, o están analizando agora mesmo”.
En el marco de la investigación abierta, desde la Consellería de Medio Ambiente afirmaron el jueves que las inspecciones de Augas de Galicia localizaron el origen del vertido en el entorno de las instalaciones de la extinta Hadasa. Los primeros indicios recabados apuntaron al sistema de tuberías de carga de los antiguos depósitos de gasóleo de la factoría como posible origen del vertido, que obligó a activar el Plan Camgal. Sin embargo, esas manifestaciones se produjeron antes del hallazgo de la gran y profunda mancha de hidrocarburos, que bien podría ser fuel oil o aceites lubricantes usados, en una zona situada a la altura del terreno que antiguamente ocupaba La Onza de Oro y que fue objeto de una actuación de regeneración ambiental y que remató hace un año y medio.
Por último, desde la Asociación de Vecinos de A Ribeiriña-O Conchido, que preside Samule Domínguez, recordaron que para la jornada de hoy, entre las 12..00 y 13.30 horas, está convocada una manifestación por el casco urbano de la villa pobrense, con salida a las doce del mediodía desde la Praza Alcalde Segundo Durán, para que, bajo el lema "Fóra ás ruínas de Hadasa", se pueda "facer presión a propietarios e administracións públicas responsables” para poner solución a este grave problema. Igualmente, pretende advertir de las situaciones de peligro que supone, así como de abandono, de posibles derrumbes, de desprendimientos, de incendios, de contaminación, y del miedo que genera, y denuncia "mentiras".