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lunes | 29 abril | 2024
La Corporación municipal de Cambados celebró este jueves el último Pleno ordinario de este mandato antes de las elecciones municipales, que seguramente modificarán su composición. Para empezar, los exalcaldes Luis Aragunde (PP) y Fátima Abal (PSOE) no repetirán, pues hace meses que anunciaron su retirada de la política activa después de muchos años siendo parte de la institución cambadesa, también en la oposición. Por este motivo, el actual regidor, Samuel Lago, hizo entrega de un detalle al popular y había otro destinado a la socialista, que no asistió a la sesión.
El popular se despidió ejerciendo, presentando un ruego, y dando las gracias a todos los cambadeses: "Foi un orgullo". Recordó que se va por cuestiones personales y destacó que "foi unha experiencia preciosa e seguro que o botarei en falta. Todas as decisións tomadas foron para mellorar Cambados e non quero facer comparacións, pero os anos que estiven de alcalde viñeron 26 millóns de euros e creo que foi unha aportación moi importante". También animó a los vecinos a implicarse en la política activa y agradeció el trato a sus compañeros de Corporación.
Los portavoces les desearon a ambos muchos éxitos en lo personal y en lo profesional y agradecieron su dedicación a los cambadeses, sobre todo en el caso del popular, que ha estado 24 años en la Corporación, y porque esta dedicación "require sacrificios personais e profesionais e moita xente non o sabe", apuntó el teniente de alcalde, Tino Cordal.
En cuanto a los asuntos de la orden del día, como avanzó Diario de Arousa, el bipartito llevó la aprobación de una rebaja en la tasa del mercadillo a los puestos que hace dos años se trasladaron a Rúa Nova y quedaron fuera de terrenos portuarios, pues ahora no es necesario pagar a la entidad de la Xunta por la ocupación. Esto supondría que paguen entre seis y 11 euros menos por metro cuadrado.
Bajar tasas suele ser bien recibido por la oposición, excepto en casos. De hecho, el BNG mostró su incomprensión por mantener el déficit en este servicio y se quejó de que es una medida que “vai moito coa dereita”. Y es que las cuotas de los ambulantes no cubren lo que cuesta mantener la cita y hay un déficit de 11.000 euros.
Los nacionalistas se abstuvieron, pero el gobierno local obtuvo el apoyo del resto de opositores. Su portavoz, Liso González, se quejó porque esta acción “propón encubertamente que o mercado se traslade a Rúa Nova, e nós estamos pola labor de valoralo, pero con informes porque, para empezar, falamos de rúas moi estreitas. Teñan a valentía de propoñelo”, le pidió a PSOE y Somos.
Para el PP, ese traslado desde la zona portuaria a calles del centro histórico, planteado de manera voluntaria para los vendedores, no ha sido positivo para el comercio local: “Os cinco comerciantes da zona cos que falamos din que venden menos e teñen outras queixas” por la presencia de los puestos ante sus negocios, según el concejal Luis Aragunde.
Por su parte, José Ramón Abal, de Pode, planteó que la rebaja tendría que haberse realizado “polo menos con carácter retroactivo dende xaneiro deste ano” e ironizó con el tema de las quejas cuando el concejal de Economía, Xurxo Charlín, aseguró que no recibieron ninguna. “Normal que non teñades. Os veciños non veñen a queixarse ao Concello porque non hai nin funcionarios nin políticos atendendo”, clamó.
Charlín reconoció que están abiertos a más traslados de puestos y defendió que se abrieron tres nuevos negocios en Rúa Nova en estos dos años, además de que se hicieron informes como los solicitados por el Bloque cuando se hizo el traslado. Cree que sería positivo porque supondría dejar libre una de las bolsas de aparcamiento más importantes de la localidad dos días a la semana. Además, indicó que las tasas deben cubrir el coste real de un servicio y que si hay más traslados el déficit “baixaría” porque habría que pagar menos a Portos –la mayoría de los 150 puestos del mercadillo siguen en sus terrenos–. En todo caso apuntó que el Concello “non se vai arruinar por pagar a diferencia” y cree que siempre habrá déficit porque las tasas no suben, pero sí los salarios del personal.
